Cartilla del contribuyente cumplido/Jorge Álvarez Banderas
El comercio informal en México genera en muchos contribuyentes un desaliento, al ver disminuido su patrimonio después de contribuir al gasto público, en especial los denominados contribuyentes cautivos, que al percatarse de la existencia de personas que debiendo cumplir en igualdad de circunstancias, no lo hacen, frente a la omisión de incorporarlos al padrón de contribuyentes, por parte de la autoridad administrativa facultada para ello.
El dinero que ingresa por parte de los contribuyentes a la hacienda pública, se regula jurídicamente bajo la Ley de Ingresos de la Federación, de la entidad federativa o municipio de que se trate; al igual el dinero que se eroga para atender los gastos públicos, tiene su regulación jurídica en los Presupuestos de Egresos de cada nivel de gobierno; instrumentos presupuestarios de vigencia anual, esto es, cada año el legislador crea dichas disposiciones para regular el ingreso, manejo y aplicación del dinero público.
Sería idóneo conocer el destino específico de nuestras contribuciones pagadas al Estado Mexicano, contar con una “cartilla” de control del manejo y destino de los recursos económicos, en nuestro contexto bien podría ser un instrumento digital, que pudiera al menos ilustrar al contribuyente que cantidades de manera general se van recaudando momento a momento y en que rubros se van aplicando específicamente, movimientos financieros generados desde una contabilidad gubernamental, observada por las auditorias superiores de fiscalización.
Parto de la idea anterior, para abordar el tema de la vacunación contra el covid-19 en nuestro país y la emisión gratuita de un documento digital, oficial y personal, para acreditar ante terceros su aplicación, un tipo de “cartilla de vacunación” o lo que en otros países se pretende implementar como “pasaporte digital” que permita viajar y ayudar a aliviar las restricciones en la vida pública, situación que ha desencadenado protestas y oposición en Dinamarca, mientras que la Organización Mundial de la Salud se opone a ello, ante la incógnita a la “eficacia” de la vacunación para reducir la transmisión y su limitada disponibilidad; otras voces aluden a que es una idea ineficaz al violentar datos sensibles de las personas, generando discriminación y segmentación en la sociedad. Lo ideal, sería contar con un documento digital global, bajo la cooperación de cada nación, una vez superados los diferendos, creando los candados adecuados para proteger a las personas, documento que permita conocer desde una misma base de datos, que personas han sido vacunadas, que tipo de vacuna se les aplicó, efectividad y todo lo inherente al tema, para poder lograr una reapertura ordenada de la sociedad, generando certidumbre ante terceros; algo similar al tema tributario primeramente citado: el conocer el destino o aplicación de nuestro dinero.