Caminos, saberes y poder 2021/Gerardo A. Herrera Pérez
Caminos, saberes y poder 2021
Gerardo A. Herrera Pérez.
Dejamos a un 2020 caótico, con crisis financieras, medioambientales, sociales y de intersubjetividad; dejamos un año en el que nos prometimos cambiar al mundo, y fue el mundo quien terminó haciéndonos cambiar, de una pandemia que nos paralizó.
Dejamos un 2020, con la peor crisis de la economía de cuidados, será nuevamente las mujeres quienes se hagan responsables de los cuidados de la pandemia en el hogar, pero ellas también están enfermando; la población que mas reciente estos impactos son las personas pobres y que viven en precariedad. Pero este año se va, como dejaron de estar entre nosotros grandes amigos, familiares, conocidos, personas cercanas de la colonia, del barrio, de la iglesia, de los negocios, de la escuela, el hospital, la señora que vendía nopales, la que vendía pan, la que pasaba con el bote de leche todas las mañanas.
Cualquier deseo para 2021, desde no más pandemias y sí a la salud, sí a la igualdad formal y real, sí a la economía feminista, sí a la voz, poder y valor de las personas, requiere de no continuar excluyendo a través de este modelo económico por género, raza, clase, sexualidad, identidad de género, color de piel, dogma, discapacidad, edad, estatus socioeconómico, de salud, de familia y otras interseccionalidades que han generado invisibilidad, prejuicios, estigmas, discriminación y violencia y en ocasiones la muerte.
Los grandes retos que nos marca la Agenda 2030 y los 17 desafíos planetarios, requieren de grandes esfuerzos no solo de las personas, sino de las empresas transnacionales y de los grupos de poder para traducirlos en áreas de oportunidad y recuperar todo aquellos que de entre las manos de nos va. Desde siempre he venido trabajando para los derechos humanos y las libertades, para las mujeres y los hombres en la búsqueda de soluciones para atender la violencia, hoy en este 2021 lo seguiré haciendo porque es mi misión de vida.
En el 2021 se requerirá del trabajo sostenido para evitar la violencia y los crímenes de odio por homofobia, transfobia y feminicidio, para avanzar en igualdad, en paridad no solo formal sino real, requerimos de procesos de cambios culturales, transformaciones sociales que se acompañen de valores, principios y virtudes sociales, donde aceptemos que como género humano, somos seres planetarios y desde ahí lo que realicemos para nosotros y nuestras comunidades será de impacto para otros espacios del planeta.
Requerimos en este 2021, continuar trabajando en descolonizar el conocimiento y distribuir el poder, 2021 será la prueba de quienes arriben a la toma de decisiones, no puede ser más de lo mismo corrupción y violación a los derechos humanos, si bien puede resultar utópico, eso no quiere decir que no se puede trabajar en ello y con las personas que desean un mundo mejor, un mundo sin neocolonialismos y luchas estériles, en donde las poblaciones se atomizan y luchan por sus propios intereses de grupo, pero no por los interés de la sociedad, por el bien común planetario, es decir, se requiere desmontar el antropocentrismo y trabajar en la vida, en la lucha por la vida. Respeto todas las luchas, yo mismo encare la lucha por la diversidad social, cultural y sexual, que ha quedado expresada en diversos marcos normativos de Michoacán, dejando de ser una sociedad heteronormativa, para dar paso a una sociedad diversa.
2021 nos debe de llamar a trabajar en nosotros en primera persona y en general a coadyuvar a procesos que nos permitan desmontar las asimetrías androcéntricas, la jerarquización social y, el orden del poder, entre los hombres y las mujeres, porque finalmente esta posición no es esencialista, es eminentemente cultural y desde la cultura podemos hacer las transformaciones. Requerimos de continuar trabajando con espacios para hombres para reconstruir sus masculinidades, y de apoyo a las mujeres para fortalecer su voz, valor y poder que evite la violencia en general y feminicida en lo particular.
2021 podría ser el inicio de una nueva década para posicionar los temas de la carta de la Tierra y los derechos de la Naturaleza, de Gaia y Pachamama; de reconocer los daños que el sistema económico consumista y depredador nos obliga a mantener para una vida hedonista, narcisista, en búsqueda del éxito, de la meritocracia, del lujo, de los valores líquidos que a ningún lado nos llevan y que por otro lado, nos orientan al consumo de marcas, de sustancias tóxicas, del sexo, del alcohol, y que en su conjunto para la producción de bienes y servicios, han generado las crisis medioambientales, sociales, mentales y financieras que sufre la sociedad en la pobreza, en la precariedad, en los trabajos no remunerados (entre ellos los de las mujeres en sus tareas domésticas, y de cuidado), precarizados, flexibilizados, y los no mercantilizados.
2021, deberá ser un espacio para comprender y atender el “momento crítico de la historia de la Tierra en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz”.
Quienes tomarán las decisiones en 2021, deben tener claro las necesidades de la humanidad y de la Tierra, pensar localmente es correcto pero incompleto, se debe atender lo local y lo global, se debe avanzar en un pensamiento glocal.
En todas mis intervenciones hablo de que los seres humanos somos tridimensionales: individuales, sociales y planetarios al ser género humano, por esa razón debemos formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a nuestra propia destrucción y la de la diversidad de la vida, recordemos solo somos menos del uno por ciento de la biodiversidad.
Reitero, requerimos urgentemente cambios fundamentales en nuestros valores, sobre todo el de protección social, que requiere de atender a los millones de mujeres que realizan actividades domésticas y de cuidado y que no reciben un solo centavo; requerimos que las instituciones recuperen la confianza de la población, es decir, que dejen de lado la corrupción, y formas de vida en donde los valores, las virtudes y los principios sea una realidad.
“Debemos darnos cuenta de que, una vez satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se refiere primordialmente a ser más, no a tener más. Poseemos el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a todos y para reducir nuestros impactos sobre el medio ambiente”. Y es que si trabajamos en el fortalecimiento de una sociedad civil global se estará creando las oportunidades para construir un mundo democrático y humanitario.
De manera holística los retos ambientales, económicos, políticos, sociales y espirituales, están interrelacionados, por ello, la humanidad podemos proponer y concretar soluciones globales; sí, es una aspiración, como lo son los faros utópicos en los que muchos tomamos luz y luchamos por dichas aspiraciones, hasta conseguirlo. Tal vez, yo lo comento a manera de aspiración y compromiso porque impulse junto con otras personas cambios que ahora son de beneficio para las y los michoacanos.
Los invito a ser responsables socialmente, con su familia, con su comunidad, con su estado, con su país, con el universo. Somos ciudadanos de diferentes nacionalidades, pero de un solo mundo al mismo tiempo, lo local y global están interconectados, que no se nos olvide. “El espíritu de solidaridad humana y de afinidad con toda la vida se fortalece cuando vivimos con reverencia ante el misterio del ser, con gratitud por el regalo de la vida y con humildad con respecto al lugar que ocupa el ser humano en la naturaleza, y que por cierto no es antropocéntrico, solo es parte de la naturaleza.