Bloque negro
Harfuch y el reto de la pacificación
La muerte de cuatro soldados en Michoacán a causa de minas como una contramedida militar por parte del crimen organizado, en secuencia de diversos eventos en todo el país, eleva el reto y el riesgo para lograr la pacificación de México.
El titular de la Sedena Ricardo Trevilla, informó que los artefactos explosivos, aunque rústicos, resultaron letales para seis militares el sexenio pasado. En cuanto a estadísticas la diferencia es abismal: cuatro bajas en los primeros tres meses del mandato de Claudia Sheinbaum, en un lapso menor a 48 horas y a escasos 100 kilómetros de distancia entre ambos casos.
En un primer evento ocurrido en Cotija el lunes 16 de diciembre, se registraron dos bajas y cinco heridos, uno con amputación de brazos debido a la narcomina que utilizaron para evitar que el grupo de soldados ingresara a una zona inhóspita donde habían localizado un campamento vía aérea donde se visualizaron hombres armados. En la zona se encontraron tres cuerpos desmembrados.
El martes 17 de diciembre por la noche, en Buenavista Tomatlán, dos efectivos castrenses murieron al detonar un artefacto similar cuando realizaban tareas para la localización de las minas.
Apenas este miércoles 18 de diciembre un elemento de investigación perteneciente a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana murió durante un enfrentamiento de Culiacán. García Harfuch aseguró que los responsables serán capturados.
La ola de balaceras en Sinaloa, que no han cesado durante semanas, ha mermado las actividades comerciales y obligado a familias enteras a abandonar sus hogares en medio de tres fuegos: los dos carteles rivales y los efectivos de las fuerzas del orden.
El efecto Harfuch ha encendido los aparatos de prevención, investigación, reacción operativa y procuración de justicia en las entidades federativas, además de la depuración de las corporaciones de elementos coludidos con el crimen.
Por sinergia o para que se vea que si están trabajando, como desde hace mucho tiempo no ocurría, las dependencias estatales y locales en materia de seguridad están más que activas y participativas en las líneas de acción que desde la Federación se marcan para el combate a la delincuencia.
Los eventos registrados uno tras otro dan cuenta de la respuesta de las organizaciones criminales a la estrategia del Estado para lograr la pacificación.
Va a costar vidas, pero va a salvar muchas más.
La autora es criminóloga, criminalista, periodista y estratega de comunicación