Beneficios de la descentralización del IMSS
Desde el inicio de la gestión de Andrés Manuel López Obrador se anunció la intención de trasladar a la ciudad de Morelia las oficinas centrales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que no pudo avanzar debido, entre otras razones, el poco interés del gobernador de entonces Silvano Aureoles Conejo y al desdén del director general Germán Martínez Cázares. El costo de oportunidad ha sido alto para los michoacanos en virtud de la postergación injustificada de los beneficios tangibles holísticos de la descentralización del IMSS.
Son varios los ámbitos que hay que abordar para darle la dimensión y significado a los enormes dividendos de esta importante iniciativa del gobierno federal y estatal. Ahora convergen los intereses institucionales del presidente y el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, que no hay que dejar pasar para restituir el costo de oportunidad perdido.
En lo que toca a los beneficios económicos de la descentralización se generará un entramado que va desde el efecto agregado en el valor del Producto Interno Bruto estatal (PIBE), hasta la integración de cadenas de valor ligadas a las actividades productivas de los servicios.
El presupuesto asignado al IMSS de un billón 011 mil millones de pesos en el presente ejercicio fiscal, representa 1.7 veces el valor del PIBE que, si bien son recursos para la operatividad, mantenimiento, renovación de equipamiento y nueva infraestructura hospitalaria en el país, el municipio de Morelia estará en posibilidades de convertirse en el centro de proveeduría nacional de insumos, productos y servicios múltiples de esta institución histórica de México.
La inversión sólo en la construcción de las oficinas centrales está proyectada para llevar a cabo una inversión de por el orden de 2 mil 440 millones de pesos que, con los efectos multiplicadores de estos recursos públicos, el crecimiento económico de Michoacán se podrá acelerar en 1.5 puntos porcentuales cada año en los próximos tres ejercicios anuales.
Las cadenas de abasto y proveeduría vinculadas al IMSS pueden convertirse en una oportunidad clave para las empresas locales del sector salud, los servicios y las actividades conexas enlazadas al conjunto de tareas productivas como la infraestructura, equipamiento, medicamentos, insumos médicos, mantenimiento de instalaciones, equipo de transporte, atuendos médicos, utensilios, además de sectores correlacionados como la industria de la construcción, el transporte, la industria del papel, la textil, la química, las actividades del plástico, la rama de hoteles y restaurantes, el sector educativo y el desarrollo de cotos habitacionales en el municipio. Todos estos procesos generarán mayor valor añadido urbano, creciente competitividad local y un acelerado desarrollo regional.
La incidencia en el ámbito social la migración del IMSS a Michoacán tiene diversos ángulos positivos. De entrada, se agregarán de forma gradual 10 mil 500 empleados en los años 2022, 2023 y 2024, con lo que el núcleo laboral estatal aumentará de 461 mil 758 plazas formales registradas en 2021 a por lo menos 516 mil 258 puestos al cierre de 2024, integrando las plazas nuevas estimadas en cada año y el traslado del personal de confianza del IMSS a la ciudad de Morelia. Lo anterior significa un crecimiento del empleo formal promedio anual de 3.8% y un incremento acumulado de 11.8%.
La descentralización del IMSS sin duda será una excelente oportunidad para impulsar la migración de los trabajadores informales al plano de la formalidad mediante acuerdos entre la autoridad laboral federal, el gobierno del estado y productores y empresarios de la entidad.
Los datos duros son contundentes. De los 2 millones 044 mil 246 mil trabajadores informales anuales reportados en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en 2021, el 65.7% (1 millón 343 mil 016 personas) corresponden a la ocupación informal; esto es, 7 de cada 10 trabajadores michoacanos desempeñan sus tareas en la informalidad.
Es decir, en Michoacán la informalidad laboral está convertida en el nicho principal de la ocupación estatal en condiciones de suma precariedad. Por una parte, los trabajadores no aportan ingresos a la hacienda estatal y por otra sufren de una lamentable condición laboral, sin contar de prerrogativas en seguridad social, como servicio médico, primas de antigüedad, vacaciones remuneradas, aguinaldos, crédito para vivienda y fondos para el retiro.
Esta situación en la estructura laboral puede modificarse con la implementación de políticas públicas confluyentes, el reconocimiento de productores y empresarios para que los trabajadores se incorporen a la formalidad, el apoyo del gobierno estatal para acompañar el proceso y mediante una política incluyente, flexible y solidaria con el sector productivo estatal y los trabajadores por parte de las autoridades del IMSS.
La estructura del mercado laboral en poco tiempo estaría en posibilidades de modificarse hacia el año 2024. De una población ocupada estimada de 2 millones 105 mil, el trabajo informal bajaría a 1 millón 125 mil plazas y la ocupación formal aumentaría a 980 mil puestos, con base en los datos consignados por la ENOE y proyectados a 2024.
De esta manera la estructura laboral de Michoacán con la descentralización y el apoyo institucional de las autoridades operativas del IMS, estaría en posibilidades de transformarse, al bajar de 7 a 5 de cada 10 trabajadores empleados en la informalidad y subir la ocupación formal de 3 a 5 de cada 10 ocupados en el mercado de trabajo estatal.
Podemos ver el proceso de descentralización del IMSS de manera simple: se presenta como una oportunidad para crear comunidad local vigorosa, solidaria y la posibilidad para inducir cambios vitales en el trabajo productivo de Michoacán. Allanemos trabas y aprovechemos esta coyuntura histórica.