Bancos que relajan medidas sanitarias...
MORELIA, Mich., 30 de junio de 2020.- La sucursal del banco ubicado en la avenida Madero Poniente, a la altura del monumento a Lázaro Cárdenas, parece una fiesta, solo que con rostros largos. Los encargados van dejando entrar personas en grupos de unos seis. Por dentro se mantienen haciendo fila supuestamente en sana distancia, pero nadie vigila, y confiar en la gente no parece buena medida.
Este martes ya es quincena, y la fila de cuentahabientes o de personas que van a realizar algún trámite al banco ya es larga. Entre el barullo se escucha que alguien pregunta quién va a caja y quién va a asesoría. En el primer caso, es más rápido el trámite, relativamente. A quienes van a asesoría, les espera una jornada mayor.
Antes de la nueva normalidad y la nueva convivencia, entrar al banco era más complicado, pero más seguro; se mantenían unas tres personas dentro de la sucursal para asegurar la sana distancia, y al entrar, un empleado colocaba gel antibacterial. Ahora solo es una fila. Se marca en el piso con una cinta adhesiva dónde debe ir la gente, algo que pocos respetan. Ya nadie coloca gel antibacterial, solo hay una botella sobre la barra de las cajas para que se ponga quien lo desee.
Solo hay dos ventanillas dando servicio de cinco posibles, y al cabo de diez minutos, solo queda una, ya que la encargada de la otra caja, la número uno, ha salido con una botella con agua para beber, presumiblemente a tomar algún alimento. Nadie la sustituye, por lo que se hace más lento el llegar hasta la única ventanilla disponible.
Son las 12 del día, la gente se sigue acumulando por fuera de la sucursal sin guardar distancia. Algunos llevan cubrebocas, otros no. "¿Esta fila es para el banco o es para los cajeros?" Es la pregunta que se repite cada rato.
Hay una circular pegada al cristal desde dentro de la sucursal. Es del Ayuntamiento de Morelia, donde aclara que se deben mantener ciertos protocolos de sanidad como la sana distancia, tanto fuera como dentro del establecimiento. Esta circular está dirigida al banco, pero fue pegada hacia la calle para que la gente siguiera las instrucciones. El banco no se hace responsable si afuera no se cumplen estos protocolos, pero al parecer tampoco adentro.
"Yo no sé para qué chingados nos dan cheques", se queja Adrián. Dice que trabaja como proveedor en una institución que hacia afuera parece muy responsable, pero pagarle así, nomás lo exponen. Él dice que ha buscado le transfieran el dinero y no le den un cheque, que además de que le implica salir a una sucursal a cambiarlo, también es un foco contaminante porque "quién sabe por cuántas manos pasó", dice molesto.
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