Aunque lo nieguen, sí hay terrorismo
El secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, dijo que no podían catalogarse como terrorismo los dos coches bomba que se explotaron en Acámbaro y Jerécuaro, Guanajuato, porque se atribuyen principalmente a disputas entre cárteles.
Dice que las explosiones que no tuvieron fines ideológicos ni religiosos, por ello no se podrían catalogar como terrorismo. No entiendo por qué niegan la esencia de los hechos, lo que se pretendió fue generar miedo, y el mensaje tuvo claro impacto gubernamental, tanto así, que fue tratado en la conferencia matutina presidencial, y de ahí se supone, derivaría toda una serie de acciones.
En el mismo sentido, respondió la presidenta Claudia Sheinbaum “Sí, no se puede catalogar como terrorismo” recordando a su antecesor, donde no importaban los escenarios salvajes, siempre negó la existencia de terrorismo. Claro que cada grupo busca imponerse sobre el otro, y quienes quedan de rehenes son la paz y tranquilidad de las familias que viven en las diferentes regiones de México.
Pero la liga podría terminar rompiéndose porque al parecer los únicos que no ven los hechos terroristas son quienes deberían hacerles frente. ¿Cuál es la magnitud que deben alcanzar los actos para que los consideren “terroristas”? ya han aparecido cabezas, cuerpos apilados, carros incendiados en carreteras, camionetas han pasado disparando a la gente al azar, secuestran familias, graban videos con extrema violencia, cosas que tienen la finalidad de generar miedo en la población y por supuesto influenciar cambios, dígase entre poderes criminales o con claros mensajes al gobierno.
En este sentido, la cabeza dejada sobre el toldo de un auto, de un político, o el asesinato de un sacerdote e Chiapas, y sus repercusiones en la vida pública de las entidades respectivas, sí podrían considerarse como claros mensajes para generar terror, con implicaciones ideológicas o políticas.
En este marco también preocupan las declaraciones de la presidenta de que no habrá guerra contra el narcotráfico, porque pareciera que también quieren decir que habrá amnistía. Las últimas grandes detenciones de criminales, fueron de parte de las autoridades de Estados Unidos, y al parecer este gobierno se entera como todos los mexicanos, por la labor de los medios de comunicación.
Así se van sumando cosas. Entre la ceguera de las autoridades, a veces rayando en la complicidad, una negación crónica de los hechos, como si por ocultar las cosas fueran a desaparecer mágicamente, la continuación de una estrategia de seguridad basada en la contemplación y el “respeto” a los derechos de los criminales, y las decisiones basadas en una visión personal, viene otro periodo lleno de violencia.