Amor líquido y posmodernidad/Gerardo A. Herrera Pérez
Amor líquido y posmodernidad.
Gerardo A. Herrera Pérez.
Zygmunt Bauman, hace una reflexión sobre la modernidad líquida
En diferentes intervenciones, sobre todo para presentar el contexto que vivimos de una sociedad de hiperconsumo, preciso que nos han formado como hedonista, narcisista, que buscan el lujo y el éxito, así como los valores líquidos, efímeros y rápidos; pero también nos permite observar como el modelo de subjetivación genera identidades de consumo, de individualidad, en detrimento de los valores de comunalidad, de amor, de respeto, de acompañamiento. Estas reflexiones me permiten hacer una conversación teórica entre Guille Lipovetzky y Zygmunt Bauman, en los cuales encuentro un sustento de lo que hoy vivimos en una sociedad en donde crece la indiferencia por el otro, en donde esta primero satisfacer mis necesidades de mercado, que me dan una posición económica, en detrimento de vivir como un hombre social, en familia, en colectividad: en valores, en virtudes sociales, en ética y moral con respeto a la otredad.
Pero qué es el amor líquido, es acercarnos a la realidad más inmediata de los sujetos modernos, principalmente a los jóvenes, pero no exclusivamente: en el cómo entienden y expresan el amor, la sexualidad, la amistad, la solidaridad, las relaciones familiares, las relaciones con la pareja, es decir, todos estos vínculos que van quedando presos de una lógica social que fragmenta y diluye las instituciones erigidas por la modernidad (la familia, la pareja, la pareja que viven su orientaciones sexual diferentes a la hegemónica, o aquellos que viven solos sin asumir compromisos), hasta dejar al individuo en una situación de soledad y en otras ocasiones de búsqueda permanente del otro para la satisfacción efímera de lo carnal.
Esta desintegración de las instituciones en tiempos líquidos, ha generado estrés y trastornos mentales, lo que les da oportunidad a profesionales (consejeros, terapeutas) de asesorar para mejorar las condiciones de vida de los sujetos, vendiendo dicha asesoría, lo que permitirá mitigar la soledad en el marco de una relación; pero donde seguramente estará buscando el costo beneficio, porque el amor, en el mercado tienen un precio.
Bauman expresa que, la soledad provoca inseguridad, pero las relaciones no parecen provocar algo muy diferente, ellas también viven la incertidumbre, el pánico y la angustia que en su conjunto son el caldo de cultivo para la acción de los consejeros, que ayudan a sanar el alma que permitan buscar nuevas oportunidades, pero todas igual de efímeras.
Lo estable y sólido, tránsito a lo líquido y efímero y en este sentido, Bauman señala que la gente habla cada vez más de conexiones en redes, lo que permite ir en la búsqueda de parejas, de encuentros sexuales y muchas otras actividades de contacto en red; a diferencia de las relaciones, el parentesco, o la pareja, resaltan el compromiso mutuo y excluyen, el descompromiso; por lo que la red representa una matriz que conecta y desconecta a la vez, sin ningún compromiso, en un ejercicio efímero, así el Facebook, permite cinco mil perfiles a cada usuario con los cuales podrá interactuar si es que lo desea; con cada usuario podrá conectarse o desconectarse de acuerdo a sus necesidades e intereses, es decir, en la búsqueda de costo/beneficio.
Desde esta perspectiva, conformar una familia (institución), tener hijos, constituye obstáculos para la libertad que reclaman los sujetos líquidos, porque ellos no concuerdan con el ideal de vínculos permanentes, solo buscan lo efímero e inmediato, lo que da placer; dirá Bauman, que el motivo del hombre es consumir no acumular bienes, sino usarlos y descartarlos rápidamente para hacer lugar a nuevos bienes, entre ellos a nuevas personas, es decir en la vida líquida también las personas son consideradas objetos de uso para el placer.
La sexualidad, obviamente también forma parte en esta sociedad líquida. Desligada cada vez más de la reproducción, de sus vínculos con el amor, la seguridad y la permanencia, y de su papel de “inmortal” gracias a la continuación del linaje, ella es hoy más autónoma que nunca, intimidad sin compromisos, sin bendiciones, lo que parece importar es el hedonismo, el placer por el sexo.
Necesitamos regresar a los valores estables, al amor que permanece con respeto por el otro, al amor que nace de las emociones de ambos y que permite construir modelos de familias estables; entiendo que habrá también familias que construyeron su solidez en el amor; pero no dejo de pensar en el amor líquido en tiempos posmodernos, frio, calculador, inestable y en búsqueda del placer.