AMLO, mascotas y símbolos fálicos/Luisa María Calderón
AMLO, mascotas y símbolos fálicos
Y lo volvió a hacer: En su gira por Veracruz este fin de semana, donde la violencia sigue incontenible, el presidente de la república volvió a violentar la norma internacional que garantiza la libertad de expresión de todas las personas: pasando del informe al insulto de los otros: fantoches y lambiscones, lanzó calificativos, y le aplaudieron, y se rieron con él de aquéllos a quienes así llamó.
De la inseguridad y la violencia en esa entidad, nada dijo. Y aun así le aplaudieron. Y mintió al decir enfáticamente que se acabó eso de que cuiden al presidente, cuando camina rodeado de escolta.
Y en su rueda de prensa matinal del viernes pasado, el presidente Andrés Manuel comparó a las personas pobres con mascotas a las que hay que dar de comer porque son incapaces de buscar su propio alimento. Un insulto que atenta contra la propia concepción de persona. Y dijo que es para ser justo, aunque no tenga una estrategia para la justicia sino para mantener sus clientes electorales de aquí a que le de la gana.
¿Qué es lo que lo mantiene tan popularmente aceptado y casi intocado en las encuestas al presidente?
Pareciera que es un gobierno que mantiene la gobernabilidad a través de símbolos primarios: decir que el avión presidencial se vende porque implicaba muchos gastos, cuando gasta diario por mantenerlo en un hangar “allá en California a ver si le entra trom”, es simbolizar razones de enojo de muchos gobernados, aunque en el fondo sea una farsa, y decir que ya la ONU lo va a anunciar es no sólo una farsa, es un desprecio bárbaro por esa organización internacional que acompaña a los países a cumplir mínimos de respeto y justicialidad de los derechos humanos. No es agencia de ventas ni sección de anuncios de periódico alguno.
Esta ONU, por ejemplo, trabaja en la consecución de 17 objetivos entre todos los países, y lo que hizo México para este 2019 a través de los diputados federales, fue cortar recursos para el medio ambiente, para el apoyo a mujeres, para limpiar y distribuir agua, para proteger los bosques, para generar energía limpia, para invertir en biológicos para los campos. Desacreditar la misión de la ONU presumiendo que ya van a anunciar ahí la venta del avión presidencial es ese mismo símbolo: el del desprecio por lo que va más allá de lo inmediato e interno, aunque nuestro compromiso vaya más allá de lo inmediato y doméstico.
Pero además, diría Freud, el avión es un símbolo fálico, masculino, viril, y aunque a veces lo olvidamos, el poder, así fálico, sigue manteniendo el aplauso, la admiración, las ganas de seguir a quien tiene a la mano esa posibilidad de controlar por la vía de la imposición. Te acuerdas estas peleas de los niños que dicen “mi papá tiene una pistola grandota”… “pues mi papá tiene una más grande”? así primario.
Es tener apenas la capacidad de presumir que lo tiene más grande, que lo mete donde y cuando a él le de la gana, así sea la ONU, el organismo internacional que nació al final de la segunda guerra mundial y que intenta lograr acuerdos mínimos de respeto entre los pueblos y para con las personas. Un primitivo simbolismo de etapas primeras de desarrollo es lo que parece darle fuerza a este presidente, así que, de razones, de valores, de estrategia, de reconocer en cada persona su capacidad de asumir la libertad personal como una responsabilidad por vivir en una comunidad participar en cuidarla, de eso podremos hablar, tal vez si alguna vez, logra el presidente superar la segunda etapa de desarrollo de la libido, tal vez algún día, si madura.