Al derecho y al revés

Cuando las mujeres son las que avalan el machismo y encima se ponen del lado de un presunto violador, las cosas no están nada bien.
Lo vimos el día de ayer con el tema del ex futbolista del América y ex gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, acusado de tentativa de violación por su media hermana, Nidia Fabiola Blanco.
La imagen era bizarra: las mujeres de su partido, Morena, lo arroparon y gritaron “no estás solo”, en una sesión donde se debatía si procedía o no su desafuero para enjuiciarlo por el delito del que se le acusa.
Ya estamos acostumbrados a que el recinto legislativo de San Lázaro sea peor que un ring de box, pero el día de ayer, 25 de marzo, (Día Naranja, por cierto) de plano se volaron la barda.
Con todo el zafarrancho la atención se desvió de la víctima al desafuero, y esto es lamentable.
En una sociedad machista que por décadas ha desestimado a las víctimas de violencia de género, levantar la voz parece ser aún una odisea. Lo ocurrido ayer revictimiza a Nidia Fabiola y esto, de algún modo, puede llegar a desalentar la denuncia de cualquier mujer que sea violentada, lo cual sería un terrible retroceso en una sociedad que se presume defensora de las mujeres.
Algo más. El alegato de los y las defensoras del morenista es que se integró mal la carpeta de investigación y que la Fiscalía de Morelos, lugar donde se levantó la denuncia, tuvo una serie de errores. En caso de ser cierto, eso no exime al agresor, ni le quita a Nidia su calidad de víctima. Se quieren salir por la tangente, y eso está fatal.
Para que las cosas queden medianamente bien, Blanco deberá pedir licencia, que se siga el proceso judicial hasta junio y de resultar inocente que regrese al cargo. De actuar así, no quedaría tan mal precedente tanto para él como para sus defensores, que en este momento están a la vista de todos como cómplices, al menos como alcahuetes.
La acusación contra Cuauhtémoc podría ser el negrito en el arroz en un gobierno que prometió cambiar y acabar de raíz con la violencia, la corrupción y el abuso de poder, entre otras cosas.
Un “negrito más”, por cierto, porque aunque el gobierno de la 4T ha logrado importantes avances en muchos problemas que afectan a los mexicanos, también se ponen de a pechito para ser cuestionados en temas tan sensibles como una acusación de abuso sexual.
Que el fuero deje de ser escudo de malandrines, es lo deseable. Y también, deseable es, que no lleguen al poder personajes cuya calidad moral esté lejos de ser intachable, no importa el partido al que pertenezcan.