Adultos mayores/Gerardo A. Herrera Pérez
Cada día, todos y todas envejecemos; la posmodernidad y el mercado actúan para que este proceso de vincule a productos y servicios que prolonguen la vida y la juventud. No obstante y pese a estos adelantos de diferentes impactos sobre el cuerpo, existe algo que se llama salud y el enfoque biomédico.
En este sentido, se requiere de un cambio en el enfoque biomédico que actualmente prevalece respecto a la salud mental, para transitar a uno que tome en consideración la integridad y bienestar físico, psicológico, emocional y social, que incluya la salud sexual y reproductiva, y la conformación de un sistema de cuidados a largo plazo, ponderando la claridad y transparencia en el diagnóstico de enfermedades, la interculturalidad y la inclusión del paciente, la igualdad y no discriminación, la perspectiva de género incluso.
Hoy 15 de junio, se conmemora el Día mundial de la toma de conciencia de abuso y maltrato en la vejez, más allá de los datos cuantitativos que son importantes, como lo son las narrativas desde las realidades cualitativas para el diseño de la política pública; me parece importante destacar todos aquellos elementos que se dejan de conocer, al darle el mayor peso a los datos duros, que son fríos y que no hacen más que expresar números, dejando de lado los comentarios de las familias, sus procesos productivos y lo que se deja de hacer, las narrativas que viven, y todo aquello que les es relacional.
La violencia del varón, definida en el mandato de la masculinidad por parte de un Sistema de Género, que determina el rol y la identidad, y que proporciona un valor, pero además un mayor peso a quienes pueden seguir consumiendo y son productivos, versus de quienes ya no pueden hacerlo; adicionalmente pasan de ejercer prácticas violentas, a recibir del entorno de la familia en muchos casos violencia, esto principalmente entre los varones, aunque las mujeres adultas mayores también lo pueden vivir y sufrir.
Los adultos mayores, nos debe quedar claro, cumplen al igual que los seres vivos un ciclo en su sistema de vivir, más no quiere decir que esperar la muerte sea su destino, porque en esta realidad que vivimos, muere el que aún no nace, el que nació, y en esa brecha generacional, cualquier humano puede morir a diferentes edad, sin ser un adulto mayor.
Lo que me parece importante es que en las mallas curriculares de la educación básica se incluyan contenidos educativos relacionados con una cultura de la vejez con dignidad; que dichos contenidos puedan ser compartidos en el ejercicio de las interacciones con los adultos mayores y que ello nos haga más sensibles al respeto a la dignidad humana de las personas adultas mayores. Hacer la alteridad como expresa Carlos Skliar, reconocer al otro para saber que existo, pero esa existencia debe ser en función de lo que nos comparte Héctor Maturana, lo debo de ver con amor, porque si acepto su existencia sin amor, no lo veré.
Concluyo mi comentario, expresando la importancia de sumar a nuestras actividades lúdicas a nuestros padres adultos mayores, a nuestros abuelos, a quienes tienen aún bisabuelos, solo hay que pensar que algún día estaremos cumpliendo ese momento del ciclo de vida.