Adelanto de la mujer sin violencia/Gerardo A. Herrera Pérez
Desde la complejidad del ejercicio del poder en la sociedad, uno de los principales problemas que aquejan a las sociedades posmodernas es el de la violencia, generada en la mayoría de la ocasiones por masculinidades. La violencia trata de un fenómeno histórico que está estrechamente ligado a las asimetrías del poder (el androcentrismo); pero también, al colonialismo, el patriarcado y el mercantilismo.
Hay quienes piensan que la cuestión de la violencia se relaciona con la pobreza, la marginación y la ignorancia de las personas que les impide desarrollarse emocional y moralmente de acuerdo con sus capacidades y sus talentos.
No obstante, las prácticas de violencia no solo se ejercen contra los grupos en situación de vulnerabilidad de nuestra sociedad, como: niños, niñas y adolescentes, también se ejerce violencia contra hombres jóvenes, adultos mayores, indígenas, y otros grupos sociales, como las mujeres.
Fundamental precisar que, la violencia esta permeada en toda la sociedad: familias acaudaladas, así como empresarios prósperos, políticos, legisladores, funcionarios públicos, y un largo etcétera, que incluye hasta algunos expresidentes, que han vivido en la violencia intrafamiliar.
Combatir la violencia implica no solo la transformación de las condiciones estructurales de desigualdad e injusticia sino también un compromiso con la modificación de las pautas culturales o sociales basadas en las ideologías machistas, misóginas, homófobas, clasistas, racistas, xenófobas, neocolonislistas, entre otras, que ejercen el poder a través de la interpretación de “nosotros” y “los otros”, y “las otras”, es decir del androcentrismo, del sexismo, y del rol e identidad de género.
Para Alain Pessin, la violencia está siempre presente en la vida social. Haciéndose eco de ese llamado al relativismo histórico, sostiene que la violencia acompaña desde siempre a la sociedad. Se pronuncia por que en ciertos periodos históricos se ha reactualizado la violencia. Precisa que la violencia no se recuerda sino cuando se desborda y que no tenemos conciencia de ella hasta que genera los problemas, cuando de manera súbita expresa situaciones brutales, como los casos de feminicidio, y de feminicidio cometido contra niñas y mujeres jóvenes; en el hoy que vivimos en donde normas, estructuras y diseño de política pública parece no alcanzar a dar la atención deseable a los problemas de violencia que viven las mujeres, y los transgresores del género, de la diversidad sexual.
Por otro lado, la violencia tanto horizontal como vertical que nos hace visibilizar Rita Segato, plantea que el hombre debe de legitimar su mandato de masculinidad frente a sus pares en una visión horizontal; de ahí que el hombre cobre un tributo a la mujer a través de la sumisión, el control y el sometimiento y permanezca con poder que le da el Sistema de Genero.
La masculinidad, para mantenerse, tiene que confirmarse por los interlocutores masculinos y, para ello, el hombre masculino necesita exhibirse, comunicar su potencia, expresar su violencia.De esta manera, en este binarismo que sustenta la división social del trabajo, la mujer en una visión vertical y bajo un contexto de asimetría de poder, es violentada, discriminada y excluida, arrebata en su poder, en su voz y en el valor de ser persona. Vive en condiciones de opresión y sometimiento permanentemente.
La idea de que el hogar es un espacio seguro para las mujeres, las niñas, las parejas, y en general para la familia, en donde no se realizan actos de violencia, es una idea errónea, si bien no se puede generalizar, una gran cantidad de mujeres ha recibido algún tipo de violencia durante su vida y hoy, el poder del hombre actúa para ejercer la violencia y continuar sometiendo a las mujeres para no permitir que continúen sus adelantos en un espacio que debe de ser igualitario y de libertades para la sociedad.
Por otro lado, pero en relación con violencia de género, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016, revelaron que el 66.1% de las mujeres de 15 años y más, han enfrentado al menos un acto de violencia por parte de cualquier agresor y traducido en violencia emocional, económica, física, sexual o de discriminación.
La violencia contra la mujer se sigue incrementando en tiempos de la pandemia; que la violencia no se refleje en las quejas o denuncias no quiere decir que no se esté generando, con independencia de los homicidios y feminicidios, o bien transfeminicidios. Instituciones internacionales y nacionales de defensa de los derechos de la mujer ya se han pronunciado por la atención a este fenómeno que se encuentra en aumento en estos tiempos de confinamiento.
Ante la situación de violencia que se vive, las mujeres se encuentran organizándose, avanzando para fortalecer las sinergias, complementariedades, pero sobre todo la alteridad para que el servicio público se ofrezca con ética y calidad, apegado a la normatividad, a los códigos de ética, y los protocolos de actuación.
En este sentido los organismos autónomos que salvaguardan los derechos humanos deberán seguir trabajando a favor de atender las necesidades de la población y promover acciones que permitan brindar la atención procedente a las posibles violaciones en materia de derechos humanos cometidas por servidores públicos.
De esta manera, las reflexiones antes mencionadas fueron realizadas en el encuentro con mujeres que están promoviendo acciones para evitar la violencia y que realizan sinergias y gobernanza para mejorar los ámbitos de atención y la dinamización en el servicio público. La presencia y compromiso desde las instituciones de diferentes Poderes Públicos del Estado, y la sociedad civil organizada dan cuenta de ello.
Se contó con la presencia en el evento de la diputada Araceli Saucedo y quien dio la bienvenida al encuentro, de igual manera participaron las mujeres integrantes de la Red estatal de mujeres víctimas de violencia “Mujeres apoyando a mujeres, MAM”, y personal del Órgano Constitucional de los Derechos Humanos, así como de la Secretaria de Igualdad sustantiva y Desarrollo de las Mujeres. Un encuentro que construye, forma e informa para el empoderamiento.
Dicha reunión se llevó a cabo cubriendo todos los protocolos de atención para la sana convivencia, tapetes sanitarios, gel antibacterial, uso de cubrebocas, sana distancia.