?La realidad no es cuestión de jueces?
Celaya, Guanajuato, 8 de diciembre del 2012Si constituimos un club de tenis, no es cuestión de derechos humanos ni de mayorías el jugar con los pies, por una sencilla razón: es de tenis...El 6 de diciembre leí en la página web de Animal Político sobre la resolución de la Suprema Corte (SCJN), a favor de tres parejas de homosexuales que habían solicitado amparo para que sus uniones se reconocieran como “matrimonio”, aparecía el citado artículo decorado con fotos de supuestas parejas “Gay” besuqueándose.En lo personal me considero respetuoso de las preferencias sexuales de cada quién, aunque considero que la intimidad no es cuestión de exhibicionismo. Es más, en mi lista de amigos, tengo homosexuales y lesbianas que ocupan lugares preferentes por su, lealtad, solidaridad, amistad y capacidad de amar. Sin embargo, cuando entramos al tema del “matrimonio” entre parejas de homosexuales, disiento; por una sencilla razón: el matrimonio se instituyó desde sus inicios como la institución base para la conformación de los núcleos humanos cuyo objetivo fuera la preservación de la especie. Cito El artículo 143 del Código Civil de Oaxaca que fue de donde emanaron los juicios de amparo, que establece que: “El matrimonio es un contrato civil celebrado entre un solo hombre y una sola mujer, que se unen para perpetuar la especie y proporcionarse ayuda mutua en la vida”.El argumento de quienes solicitaron el amparo, se sustenta en la consideración de que el artículo 143 del Código Civil de Oaxaca que establece que el matrimonio es solamente entre un hombre y una mujer es contrario a la Constitución ya que, cito de la página web señalada: “…la exclusión para contraer matrimonio implica un trato diferente arbitrario, es decir, es discriminatorio.”En lo personal el argumento me parece estúpido y endeble ya que no discrimina a ninguna pareja que quiera reproducirse, y es presentado en forma tal, que equivaldría a argumentar que hombres y mujeres somos iguales, lo que es insostenible, muy diferente el decir que hombres y mujeres debemos tener los mismo derechos, lo que es correcto. Volviendo a la simplicidad del ejemplo con el que inicié el presente artículo; si fundamos un club de tenis, en donde, como es sabido el juego utiliza raquetas y no se permite golpear a la pelota con el pie, aquellos que quieran jugar fútbol, pues que funden su club y establezcan sus reglas, ya que argumentar que un club de tenis es discriminatorio y da trato diferente a quienes quieren jugar con los pies, es simplemente una tontería. Por ello me sorprende que: La determinación de la Sala fue conceder los tres amparos con una votación unánime, ordenando al Registro Civil en Oaxaca a dar trámite a la solicitud de matrimonio de cada una de las parejas y resolviendo que:a) Se declara inconstitucional la porción de la norma que dice que la perpetuación de la especie es una finalidad del matrimonio y (Ahora resulta que fundar un club de tenis es inconstitucional porque usa raquetas)b) Se determina que debe hacerse una interpretación conforme con la Constitución sobre el resto de la norma, es decir, la lectura que debe darse a la porción que dice que el matrimonio es un contrato entre un solo hombre y una sola mujer deberá ser la de “entre dos personas”. (Ahora resulta que lo que dice, no es, que el español no dice lo que dice, por orden de la SCJN) Me encantan muchas de las argumentaciones legalistas por enredosas, irracionales y argumentativas, ya que lo expuesto daría píe para ampararse a quienes, exigiendo un trato igualitario y no discriminatorio, quisieran formar “matrimonio” polígamos, es decir, formar núcleos “familiares” entre varias personas con derecho a la promiscuidad sexual. Finalmente, si dos homosexuales quieren disfrutar del sexo y darse mutuamente protección bajo la figura de “matrimonio”, amparados por la Corte y distorsionando su objetivo fundacional de perpetuar la especie, más sentido tiene el que un grupo de personas conformen un grupo “familiar” que como resultado natural de la promiscuidad sexual, va a dar un montón de chiquillos y chiquillas, es decir, va a perpetuar la especie ¿No te parece, estimado lector? Total, si para interpretaciones idiotas estamos…Hoy sabemos que dada la sentencia de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que otorgó el amparo a las tres parejas homosexuales demandantes, es posible ganar un amparo contra la norma que determina la heterosexualidad del matrimonio; lo que ratifica para mi entender, que el ser Juez de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no exime de ser estúpido y que, en México, es posible jugar tenis con los pies, si un juez así dicta sentencia.Santiago Heyser BeltránEscritor y soñador