2018: Elecciones y Educación en Michoacán/Horacio Erik Avilés Martínez
En estos tiempos solsticiales y navideños, es tradición reflexionar sobre el sendero recorrido durante el año y sobre el trazo del horizonte posible para el futuro próximo.
En materia educativa, para Michoacán fue un año intenso y convulso, pero con destellos nobles y con una serie de primeras aproximaciones que sientan precedente respecto a una aún latente transformación de nuestro sistema educativo estatal, por lo que, a pesar de las dificultades, la esperanza se mantiene y se sustenta.
Para el inminente 2018, sin titubeo alguno, el proceso electoral será el principal factor por considerar para catalizar o ralentizar el éxito o fracaso de la política educativa estatal.
Por ejemplo, justo en este gélido invierno, que inició desde el otoño en lo que a finanzas educativas respecta, el 2018 augura una situación no muy diferente, al aprobarse presupuestos muy ligeramente superiores a los de este año, con lo que seguramente se incurrirá una vez más en el vicio de la subpresupuestación, que difumina el foco de las sospechas sobre los funcionarios del pasado y del presente que hicieron mal ejercicio del gasto público, a la vez que esconde bajo la alfombra las verdaderas necesidades del sector educativo, dejándolo a partir de ahora en situación de indigencia durante al menos el último trimestre de 2018, a menos que las medidas draconianas que se han procrastinado durante décadas finalmente se tomen, comenzando con un severo ajuste a los salarios del personal de estructura, prestaciones y privilegios con que cuentan; lo cual debe ser aunado a la realización de las reingenierías a la UMSNH y a la SEE, mandatadas desde 2016, pero postergadas indefinidamente sin que haya habido consecuencia alguna aún por tales actos.
En todo lo anteriormente mencionado, el factor político gravita enormemente, ya que prácticamente cada etapa de los procesos mencionados se encuentra plenamente subordinados a las decisiones que la partidocracia en el poder haya de tomar, bajo criterios como la rentabilidad electoral, el costo político y el oportunismo que ello conlleva, en donde el pragmatismo cupular prevalecería sobre el derecho a aprender de los michoacanos… si es que permanecemos anómicos y silentes.
Desde un enfoque nacional, la decisión que se tome en la elección presidencial irradiará energía por todo el tablero del ajedrez educativo nacional, en donde hay ya esbozos de posturas de los principales aspirantes. Por ejemplo, el precandidato del Movimiento de Renovación Nacional, Andrés Manuel López Obrador ha asumido como consigna la abrogación de la normatividad vigente en materia educativa, sin contar a la fecha con una plataforma política más detallada y seria al respecto, es decir, con una auténtica propuesta.
Por su parte, el precandidato priísta José Antonio Meade ha hablado de continuar con la implementación de la normatividad vigente en materia educativa, contando incluso como coordinador de campaña al Lic. Aurelio Nuño Mayer, exsecretario de educación pública, con lo que se augura intentará convertir en su bandera la promesa continuidad de la reforma educativa impulsada durante este sexenio.
En contrapunto, Ricardo Anaya, precandidato de la coalición Por México al Frente no ha asumido mayor postura respecto al tema educativo, como tampoco se han pronunciado en torno al mismo posibles aspirantes partidocráticos ni independientes hasta la fecha.
En conclusión, si bien aún es prematuro emitir un juicio respecto a las posturas que en materia educativa toman los principales aspirantes a gobernar la nación, definitivamente deben de realizarse posicionamientos responsables, profundos y detallados, ya que ni el silencio, ni la retrogradación normativa ni vender continuidad irreflexiva son opciones inmediatas para decantarse electoralmente por partido ni aspirante alguno.
En cascada, el resto de los cargos de representación popular impactarán en la magnitud, dirección y sentido de la política educativa a implementarse, ya que sobreviene la renovación de la Cámara de Senadores y de Diputados quienes tendrán bajo su temporal encargo la enorme responsabilidad de mejorar el marco normativo vigente en el ámbito educativo.
Los actores que no podrán pasar con bajo perfil una administración más serán los Ayuntamientos, los cuales, jurídicamente fundados en la Ley Orgánica Municipal del Estado de Michoacán de Ocampo, en particular, así como por la normatividad federal vigente, tienen atribuciones importantes en materia educativa, que deben de ejercer a plenitud, a la vez que convertirse en gestores de las mejores condiciones posibles para los estudiantes de su municipio. Específicamente se encuentra la responsabilidad de los regidores que presiden al interior del Cabildo la Comisión de Educación Pública, Cultura y Turismo, en quienes por uso y costumbre se ha depositado la responsabilidad de ser los secretarios técnicos de los Consejos Municipales de Participación Social en la Educación (CMPSE) en la entidad, sin que hasta la fecha se pueda contar con un solo caso de éxito de los mismos en la entidad, por la politización intrínseca que implicó obtener la regiduría y con ello, encontrarse en muchos casos, atados de manos para ejercer a plenitud sus atribuciones en los CMPSE. No es secreto que una cláusula de los pactos que realizan los aspirantes a presidentes municipales con fracciones corporativistas del sindicalismo magisterial implica la cesión de una regiduría municipal a las mismas, en donde en su gran mayoría se encuentra colocado un trabajador de la educación con una profunda filiación gremialista, por lo que el conflicto de intereses les resulta inmovilizador.
Asimismo, habrá que esperar las reacciones politizadas que habrán de tomar los grupos de interés al interior del sistema educativo estatal, entre los cuales se encuentran los sindicatos oficiales con toma de nota, los grupos gremiales, las casas del estudiante y el movimiento normalista.
Con todo el contexto mencionado, puede dimensionarse la importancia de la decisión que como ciudadanos tomemos en cuanto a otorgar el bono democrático a algún candidato en específico. Está en juego ni más ni menos que la evolución de la sociedad michoacana. No podemos permanecer indiferentes. En caso de que los ciudadanos permitamos con nuestra apatía que los eslóganes insulten nuestra inteligencia, que las maniobras clientelares y populistas se apropien de la agenda pública, estaremos sufriendo como pueblo una estrepitosa derrota más, tanto a nivel nacional como local.
Hay razones de peso e indicios para estar preocupados al respecto. Por ejemplo, revisemos las señales de suciedad que se están dando en la actualidad en la escena local, como el caso de la burda maniobra de clonación de la página de Facebook de La Voz de Michoacán y dos medios electrónicos más, por parte de actores políticos buscando denostar al Presidente Municipal de Morelia y su administración, hecho que fue pertinentemente denunciado ante las autoridades competentes por parte de los medios y de la autoridad moreliana.
Es un hecho que se auguran bajezas y guerra sucia, que nos darán malos momentos y pésimos resultados en las urnas, por lo que, si no acotamos pertinente y firmemente los actos indebidos, éstos degradarán la calidad de la democracia de nuestra nación y nuestra entidad; para después, una vez asiendo el poder en la mano, socavar nuestra naciente institucionalidad, sumiéndola de nuevo en la corrupción, pobreza y el saqueo. El renacer ciudadano de los últimos años deberá marcar un punto de inflexión y una altísima prioridad que debe de estar presente en nuestra conciencia para este proceso electoral es la plataforma de propuestas educativas específicas que maneje cada uno de los candidatos a un puesto de elección popular.
2018 es el año en el que los ciudadanos debemos delinear con trazo firme la educación que queremos. No permitamos demagogia populista, pactos goethianos, atajos falsos ni puertas al despeñadero.
2018 será el momento histórico en el que deberemos responder proactiva y colectivamente desde la ciudadanía al exhorto que realizó en su momento el italiano Antonio Gramsci, quien así arengaba: "Instrúyanse, porque necesitaremos de toda nuestra inteligencia; conmuévanse, porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo; organícense, porque necesitaremos de toda nuestra fuerza". El futuro de Michoacán está en vilo y deberemos estar participando a la altura de las circunstancias en cada instante del proceso de la elección de la escuela que merecen nuestros hijos.
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