Tlalpujahua: mina dos estrellas
TLALPUJAHUA, Mich., 27 de diciembre de 2018.- Tlalpujahua, es una región llena de historia, riqueza en sus minas y de un incomparable paisaje de coníferas. Durante estos quinientos años, abarcando desde el periodo de la Conquista y hasta la Posmodernidad, Tlalpujahua ha tenido diferentes momentos de gloria y de precariedad.
Durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX, se descubrió la “Mina Dos Estrellas”, por el Ingeniero Francisco J. Fournier, quien durante un largo periodo de investigación y pruebas inició la excavación del túnel principal el 27 de diciembre, pero de 1899, este día cumplió 119 años.
Para financiar la empresa minera, se emitieron acciones por 300 mil pesos, que fueron aportados tanto por capital europeo, principalmente francés e inglés. Con los recursos se permitió generar proyectos que fortalecieran el trabajo minero, por ello, se logró traer de Necaxa, Puebla, la electricidad, hasta ese momento, exclusiva para la mina en toda la región.
Durante los dos primeros años de la apertura de la mina pese a los problemas económicos que se tuvieron, se logró encontrar la prestigiosa Veta Verde, la cual medía 32 metros de ancho, una veta rica en oro; situación que le valió ser reconocida como la mina más productiva de oro a nivel mundial entre los años de 1908 a 1913.
La energía eléctrica, vino a generar adelantos importantes en la extracción del oro y la plata, ya que en el proceso de Cianuración, recupera de los metales hasta el 92% en oro, en tanto que el 72% en la plata, con ello, la mina se constituyó como la primera en su tipo a nivel mundial, tanto en su operación, como en su administración.
Durante el periodo de 1905 a 1913 se produjeron aproximadamente 45 mil kilos de oro, en tanto que de plata fueron 400 mil kilos, con la ayuda de más de cinco mil trabajadores que venían de diferentes partes de México a encontrar la oportunidad de vida.
Pero la realidad y el éxito de la mina de Tlalpujahua solo se comprenden con la participación del trabajador, con la disciplina y compromiso de los trabajadores, todos prácticamente campesinos, y cuya esperanza de vida en la mina era de 35 años de edad. Aquel pueblo minero, otrora de éxito nacional e internacional por su Mina Dos Estrellas (una estrella el oro y la otra estrella la plata), hoy solo nos muestra el esqueleto del capitalismo histórico que logro saquear los recursos naturales de este pueblo de hombres y mujeres trabajadores, para hoy solo exhibir la miseria humana con que se trató a más de 5 mil 800 trabajadores que laboraban en tres turnos durante el día.
Estar en la Mina Dos Estrellas, me remonta a los tiempos del Porfiriato, me remonta a la construcción de un modelo social de opresión, donde importa los medios de producción, el capital, y el trabajo, pero no el trabajador. Durante el pico más alto de producción de oro en la Mina Dos Estrellas, morían en el mes 300 trabajadores.
La Mina tenía un sistema financiero y monetario, que obligaba a los trabajadores a consumir con el papel dinero que emitía ésta, en la tienda de ralla, principalmente los productos de la canasta básica; aquel minero que no pagará o si moría, la deuda se heredaba a los hijos, quienes tenían que pagarla a partir de trabajar en la misma.
Es altamente penoso escuchar las narrativas sobre la Mina, porque no se puede esconder las verdades y realidades de dicha empresa que saqueo a nuestro país con el absoluto contubernio del Presidente Porfirio Díaz.
Es lamentable, que un proyecto de avanzada tecnológica a partir de los primeros años del Siglo XX, pudiera haber sometido a tantos mineros cuyos cuerpos desnudos eran vulnerables a las entrañas de los cerros de donde se sacaban los materiales.
Pese a esa barbarie que se vivió y que saqueo nuestros recursos; Tlapujahua está más hermoso que nunca, es pueblo mágico, y en él, nos muestra el sincretismo con que se ha venido construyendo nuestra realidad desde hace ya quinientos años de colonización, la iglesia expresa este sentido y la pulcritud de una fe que está más allá de pensar que ha sido controlada y disciplinada para los intereses de los grandes capitales y de un modelo económico que ha generado explotación y subordinación.
Tlapujahua también es la expresión de belleza verde, que se atisba desde la iglesia, nos muestra que la vida de la madre tierra, después de más de cien años de impacto ambiental de la Mina Dos Estrellas se niega a morir, nuevamente la naturaleza demanda sus derechos y erige a grandes vigías, los pinos, árboles que abrazan las nubes del cielo, y que bajo el sol, el agua, y la madre tierra ha visto crecer los bosques, en antaño, majestuosos, agradezco el acompañamiento a este hermoso espacio de Rafael García, con quien escribimos el libro de masculinidades y violencia rural. Igualmente agradezco a la Asociación RESCATE ECOLOGICO, CULTURAL Y MINERO, A.C., sus atenciones durante el recorrido por el Museo Tecnológico Minero Siglo XIX.