México, la nueva nación dominada por populista
México es un país que cuenta con una riqueza patrimonial excepcional y una cultura milenaria. Economistas del mundo advierten que la nación tiene un potencial de crecimiento significativo, debido a la población joven que prevalece, a los abundantes recursos naturales y la colindancia con la potencia más grande del mundo.
Sin embargo, la razón principal por la que nuestra república no desarrolla su potencial, se debe a que en la actualidad las personas que llegan a los cargos públicos, prefieren destinar los recursos del Estado a programas sociales, para así obtener la simpatía dela sociedad beneficiada. Ignorando las cuestiones que generan crecimiento, como son la inversión en lainfraestructura y lo más importante, la educación y salud; lo cual ha limitado nuestra competitividad a nivelmundial.
A pesar de que el discurso político, se sustenta en que los apoyos sociales, alejan a la población de la delincuencia, lo cierto es que México vive otra realidad, pues es tanta la violencia que impera en nuestro país que la misma se ha normalizado como parte de la cotidianidad. Muestra de ello, son las cifras expuestas por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, quien informa que, durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, los índices de violencia alcanzaron niveles históricos, concluyendo su periodo con un total de 199,619 homicidios; es decir, un promedio de 94 personas por día, sin contar los secuestros, extorsiones y cobro de piso, que fueron otros de los delitos recurrentes en perjuicio del pueblo mexicano.
Pero, si es un hecho notorio que los estudiantes están desertando para unirse a las filas de la delincuencia, se preguntaran entonces, porque las autoridades prefieren darles dinero a jóvenes y como requisito principal, debe ser: ¿no estudiar, ni trabajar y además no apuestan a la educación cuando es sabido que los jóvenes son el presente y futuro de nuestro país?
Ante esta disyuntiva, la respuesta es clara. Aunque muchas personas no lo reconozcan, el actual gobierno de nuestro país, apuesta a una estrategia política populista, con el propósito de dividir a la ciudadanía. Por una parte enfatiza que su gobierno apela por los intereses del “pueblo” y que agotará lo necesario para obtener medidas de justicia social; pero por otra, expone que acabará con las prerrogativas de la gente que a su criterio, se ha enriquecido evadiendo a la justicia. Practica que resulta común para alcanzar la centralización del poder, pues solo se debe acostumbrar a diversos sectores de la población a recibir apoyos económicos, para que a cambio favorezcan las decisiones que los líderes del partido oficial tomen sin importar las prioridades del país, ni su trascendencia.
Por otra parte, lo que las autoridades en funciones no dicen, es que los programas sociales resultan un paliativo, más no una solución. Para fortalecer una nación, es necesario brindar educación, oportunidades, seguridad y salud. Lastimosamente al gobierno de México no le interesan las personas preparadas profesionalmente; pues, aunque suene fuerte, la ignorancia es el combustible del populismo; es decir, mientras más desinformadas se encuentren las personas, menos resistencia se tiene a los actos autoritarios.
A manera de ejemplo se ejecuta ya la reforma judicial, pues a pesar de que la misma resulta un retroceso a los derechos humanos, varias personas la apoyan, pasando por alto, la afectación a las garantías constitucionales, sin que exista consecuencia alguna. Por citar un caso conocido, es la represalia y reprensión que sufrieron hace unos días dos Juezas del Poder Judicial federal en la Ciudad de México; quienes al ejercer su derecho a la libertad de expresión, fueron rodeadas aproximadamente por cien elementos de la policía.
Lastimosamente, este es el panorama que nos espera con el nuevo gobierno, por desgracia y por su ignorancia el único afectado será el pueblo de México.