Marchan en Yecapixtla por homicidio de Vianey y Gabino
YECAPIXTLA, Mor., 12 de marzo de 2024.- Con un minuto de aplausos y exigencias de justicia, culminó la marcha que los padres, maestros y vecinos de Vianey y Gabino organizaron para recordarles a menos de una semana de que fueran asesinados por un desconocido cuando se dirigían a su escuela.
Los padres de las víctimas María Luis y Juan, padres de los menos ultimados encabezaron la larga marcha que avanzó por varias calles de la cabecera municipal de la cabecera de este municipio conocido mundialmente por ser la capital de la cecina: ellos apenas podían emitir palabras y su exigencia única es que se castigue a el o los asesinos de sus hijos.
Don Juan, de ocupación campesino al igual que su esposa, apenas esbozó que hasta este lunes tuvo noticias de la Fiscalía General del estado, y lamentó que tenga que ir constantemente a Cuautla a entregar documentos o recibir indicaciones.
Alrededor de 500 personas acompañaron la marcha que inició en el acceso principal al poblado, y avanzó por varias calles del lugar hasta culminar en el zócalo, donde fue instalado un altar con velas, flores blancas, globos y la fotografía de los menores quienes fueron localizados en el fondo de una barranca de la colonia Paraíso Escondido, cerca de la colonia Girasoles donde vivían las víctimas.
Miguel Ángel Chávez, habitante de la colonia Paraíso llamó al presidente municipal de Yecapixtla, Heladio Rafael Sánchez Zavala a exigirle a la Fiscalía de Morelos agilizar las investigaciones y los trámites para evitar que la familia de los menores tenga que enfrentar gastos y retrasado en la búsqueda del asesino de sus hijos.
Por su parte, Ramón Hernández, habitante también de la colonia donde fueron encontrados los menores asesinados, lamentó que las autoridades sólo hayan instalado un módulo de seguridad, porque a pesar de que luce bien, siempre está vacío y “solo van a la colonia, una o dos veces por semana”.
Antes de concluir la marcha, el profesor Diego Mendieta llamó a los asistentes a recordar a los menores con un minuto de aplausos, lo cual fue seguido por la mayoría de los asistentes, en tanto que otros se ciñeron a los gritos de ¡justicia! ¡justicia! ¡justicia!