Esculturas en Morelia: historia y controversia sobre su intervención
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MORELIA, Mich., 25 de noviembre de 2024.- Ornamentos para los espacios públicos, piezas de arte, registro de las historias contadas por las voces de algunos de sus protagonistas, las esculturas hablan al espectador no sólo con su creación y su existencia, sino también con su desaparición.
Este lunes, en el Museo y Archivo Histórico de Morelia, se llevó a cabo el conversatorio Materia, Voces e Identidades en las Prácticas Escultóricas en Morelia, como parte del ciclo Aproximaciones Escultóricas al Espacio Público, con la participación de los especialistas Prisciliano Jiménez, Azucena Solórzano, David Gutiérrez, Margarita Ponce y Juan Maíz, y la moderación de Carlos Jiménez.
Señalaron que, si bien para algunos la intervención y destrucción de monumentos históricos, como las esculturas, es un fenómeno reciente, siempre ha existido, siempre se ha tenido objeción de algunas voces sobre la parte de la historia que se cuenta o el cómo se cuenta la historia.
En el caso de México, la inconformidad ha sido constante, con la reciente visibilización de la instalación de La Antimonumenta y el uso de grafitti y brillantina en la intervención de monumentos históricos, relacionados estos fenómenos con el activismo antirracista y feminista.
Para Morelia, recordaron los casos de la escultura de Antonio de Mendoza, derribada y vuelta a instalar en las inmediaciones de la Casa de la Cultura, y la obra Los Constructores del Acueducto, derribada por integrantes de comunidades indígenas y que permanece sin restauración, sustitución o reubicación.
Y es que acciones de esta naturaleza son el reclamo de que las representaciones de la historia no tienen que ser leales al "pacto blanco mestizo", no deben normalizar las experiencias de maltrato y la violencia, porque "hay otras historias de los objetos que deben ser escuchadas".
No todas las acciones que resultan en la intervención o no preservación de esculturas y monumentos históricos derivan de acciones políticas o de reivindicación histórica. Es el caso del Paseo de las Artes, proyecto impulsado en el bosque Cuauhtémoc con la participación de artistas visuales que aportaron obra original.
A solo dos meses de la apertura del Paseo de las Artes se detectó el daño a una de las obras, de autoría femenina, afectada por un presunto acto de vandalismo que, pese a ser denunciado, no tuvo resolución.
Los especialistas emocionaron que, a diferencia de Los Constructores del Acueducto, este daño no respondía a una narrativa no visibilizada, sino a una "travesura" donde el propósito aparente ni siquiera era sustraer la pieza del espacio público.