Resultados de la FGE no son para cacarear; no se presume sobre el dolor
MORELIA, Mich., 27 de febrero de 2022.- Una de las expresiones humanas más reprochable es el delito y como el delito siempre será una mala noticia, todas las instituciones y personas relacionadas con él, no van a ser bien vistas nunca por la sociedad, aceptó el fiscal Adrián López Solís.
“No queremos estar solos, necesitamos que nos acompañe la sociedad, queremos que la gente comprenda nuestro trabajo, ganarnos su confianza y credibilidad porque aquí hay mucha gente entregando resultados, pese a los riesgos y a las amenazas”, señaló en entrevista con Quadratín.
A tres años de creada la Fiscalía General del Estado (FGE) como un organismo autónomo del Poder Ejecutivo hay resultados, pero no los cacarea como un éxito porque están basados en la interacción de victimarios y de víctimas y considera que no es posible andar presumiendo sobre el dolor de las víctimas y menos cuando hay grandes pendientes por atender.
En este lapso la Fiscalía creció en estado de fuerza y ahora cuenta con más agentes del Ministerio Público, partiendo de la primera generación de la que egresaron 86 agentes ya con formación inicial, con evaluación, certificación y control y que gradualmente se han incorporado ya con una nueva visión y también ingresaron tres generaciones de policías de investigación.
“Cuando llegamos nosotros había solamente 500 policías de investigación y actualmente estamos cruzando la cifra de mil; en el caso de los peritos pasamos de 350 a 470 porque la cantidad de causas así lo exige. En promedio, en Michoacán se registran alrededor de 46 mil carpetas de investigación anuales.
“De estas, en promedio son como 12 mil de los delitos llamados de alto impacto y de estos, alrededor de dos mil son de homicidio doloso, homicidio doloso en agravio de la mujer y feminicidio. También tenemos personas reportadas como desaparecidas que el año pasado nos llevaron a integrar mil 800 carpetas de investigación, más el robo de vehículos, a casa habitación, a transeúntes, a comercio, que son los delitos denominados de alto impacto.
“El resto de los delitos que tienen que ver con fraude, abuso de confianza, receptación y más de 150 tipos penales que establece nuestro Código, más los que vienen de leyes generales especiales se les da un tratamiento en función de su circunstancia y hay algunos que permiten ser despresurizados por la vía de mecanismos alternativos, pero otros necesariamente tienen que ser investigados a fondo y ponerlos del conocimiento del juez competente”, precisó.
La Fiscalía no solo llevan la estadística del delito que persiguen sino también los casos que presentan ante los jueces y en 2018, cuando todavía era Procuraduría de Justicia del Estado se turnaron dos mil 58 expedientes, en 2019, ya como Fiscalía, fueron dos mil 738, en 2020 llegaron a cinco mil y en 2021, cinco mil 738 carpetas.
Por la vía de mecanismo alternativos se lograron el año pasado seis mil 800 acuerdos reparatorios del daño, el doble de alcanzado en 2018 y 2019 cuando hubo tres mil 500 acuerdos, con la finalidad de que poco a poco los asuntos no tengan que llegar a los jueces para que ellos se hagan cargo de lo necesario e importante.
La opción del archivo temporal también se va reduciendo poco a poco y actualmente solo 24 de cada 100 expedientes se quedan durmiendo el sueño de los justos, cuando en 2018 eran 65 expedientes de cada 100 los que se quedaban sin una resolución, pero había áreas en las que el 99 por ciento de las carpetas iniciadas estaban en archivo temporal, por falta de elementos para llevarlas ante los jueces, señaló el Fiscal.
Sin embargo, las cifras de los expedientes judicializados que terminan en sentencia son bajas ya que 2021 cerró con 370 sentencias condenatorias y más de 250 procedimientos abreviados y, de acuerdo con López Solís se debe a un rezago en el Poder Judicial, el cual se vio obligado a suspender actividades en varias ocasiones debido a la pandemia de Covid 19, pero ya se tienen que resolver, para que los datos empiecen a cuadrar.
Pero es también donde surgen las necesidades porque conforme a los indicadores se va reconociendo la dimensión del problema ya que hace tres años sólo 19 personas eran las que investigaban un homicidio cuando el registro era de mil 600 anuales y de cada 100 sólo se aclaraban 11, ahora los números son diferentes ya que, en promedio, en el estado se resuelven 30 de cada 100, pero en Morelia ya son 55 de cada 100 homicidios.
“Esto quiere decir entonces que si le metemos más gente pues nuestra efectividad va a aumentar porque ahora los compañeros que están dedicados de manera especializada a la investigación del homicidio todos los días están haciéndose cargo de procesar la escena del crimen, de atender la noticia criminal de los hechos cotidianos, pero a la par tienen que hacerse cargo de los asuntos que ya están en sus manos para investigación y hay momentos en que el tiempo no les da y entonces requerimos gente que permita distribuir más estás cargas laborales
“Yo digo, si tengo 300 personas y tengo 30% de efectividad promedio en el estado, sí le meto otros 300 pues voy a llegar al 60% y si le meto otros 600 pues voy a llegar al 90% por un asunto de simple lógica, pero además basado ya en la experiencia en las capacidades que te da la concentración de recursos de energía de experiencia de conocimiento de estrategia de acciones operativas y la visión con la que se está trabajando”.
Y por eso la necesidad de decir que la Fiscalía requiere más apoyo, más recursos económicos y más personal y eso no será de un día para otro porque no es que los 600 policías investigadores estén en la calle listos para ingresar a la Fiscalía sino que tiene que haber un proceso de reclutamiento, selección, capacitación, evaluación, certificación y eso lleva tiempo, pero hay que tenerlo visualizado.
López Solís estima que todo ese proceso requiere de una inversión de 30 millones de pesos por cada 100 candidatos y, si se requieren 600, el costo se dispara a 200 millones que, para el tamaño del problema, ese no debería ser el obstáculo.
“Lo peor que podemos hacer es como si no pasará nada y pensar que lo que tenemos es suficiente, no es cierto; tenemos que seguir avanzando para que tengamos mayores capacidades y no es un llamado que provoca ni es un llamado que exige, es el reconocimiento de un hecho real que puede ser constatado de acuerdo a las cifras a la estadística que traemos en esta productividad y tiene que ser respaldada esté el Fiscal diciendo esto o no, eso es una realidad que hay que reconocerla y hay que ponernos a trabajar para que se transforme”, aclaró López Solís.