De acuerdo a un comunicado de prensa, a los dos meses de nacidos, los canes inician con entrenamiento para desarrollar sus habilidades operativas. La alimentación y los cuidados, tanto físicos como de salud, son primordiales para el agrupamiento adscrito a la SSP. Todos los días, el personal de esta unidad supervisa las condiciones físicas de cada uno de los canes, cuya dieta balanceada consta de dos tipos de alimento, en una porción de 200 a 400 gramos diariamente. Cuando salen a realizar labores operativas, los caninos son revisados cuidadosamente para verificar que su estado de salud sea óptimo y puedan desarrollar su trabajo sin inconveniente; al regresar de sus tareas, se les inspecciona nuevamente para cerciorarse de que se mantengan en buenas condiciones. Los cuidados de prevención se basan en un cuadro de desparasitación y vacunación para evitar que contraigan enfermedades que generalmente se dan por fuera de la Unidad Canina. Cuando los canes cumplen su tiempo de vida laboral, generalmente son dados en adopción; primero se buscan lugares que sean adecuados para ellos, pues están capacitados en programas de guardia y protección, lo que dificulta que una familia adopte a este tipo de canes, por lo que instituciones privadas son las que normalmente continúan manteniendo dicho nivel de trabajo para lo que han sido entrenados. El entrenamiento de estos perros ha dado la posibilidad de ampliar los medios para frenar la delincuencia, utilizando sus instintos de guardia, apego y territorialidad. Para la SSP representa un gran orgullo trabajar con canófilos, compañeros no sólo de experiencia laboral, sino de vida humana; por ello, la institución ratifica su compromiso de velar por su bienestar. |