La industria no facilita el cine de autor en España: Lluís Miñarro
MORELIA, Mich., 29 de noviembre de 2022.- Previo a la conferencia La otredad, producir la alternancia: reflexiones del cine contemporáneo español de Eddie Saeta, del séptimo Festival Cuórum, el productor y director de cine de origen catalán, Lluís Miñarro, manifestó que hay poco trabajo para el cine de autor en la industria cinematográfica de España.
En entrevista para Quadratín, habló del proceso que ha seguido para producir más de 40 películas en 30 años, sin ser en estricto modo, una persona adscrita al cine tradicional en España. "Una industria que no facilita que haya nuevas propuestas, porque lógicamente se defiende un poco y es que no hay para todo el mundo", señaló.
Actualmente la imagen, lo audiovisual tiene muchos adeptos, refirió, hay mucha gente que quiere participar en ello, y por eso cada año salen de las escuelas de cine, formados directores, guionistas y gente de la industria, pero todos no pueden encontrar trabajo.
Esta situación se da, aseguró, porque no hay la posibilidad de canalizarlos, a menos que comiencen a trabajar en las televisoras o en las plataformas, pero no a lo que se llama cine de autor, con propuestas más bien imaginativas y creativas, lo que se llama cine libre, argumentó el cineasta, quien recientemente obtuvo el Goya a la mejor película documental, por Un blues para Teherán.
El camino que puede seguir alguien que trabaje cine de autor, de acuerdo al director, es que empiece por buscarse otra fuente de recursos, porque no puede pretender con este tipo de cine, tener un retorno económico que le permita vivir holgadamente, es casi como si fuera un hobby, porque requiere de mucha energía, así que debe complementarlo con otra actividad, y no solo centrarse en producir cine de autor.
Miñarro explicó a Quadratín que, para poder iniciar en este mundo del cine de autor, primero se dedicó a hacer publicidad. "A producir spots publicitarios para las compañías que todos conocemos, y entonces lo que rentaba de la publicidad lo invertía en las películas, o sea, era una manera, digamos, de que la publicidad se ocupara de los gastos generales de la empresa, del personal, para así poderme dedicar al cine más complejo y complicado".
"El cine para mí es algo muy integrado en mi vida, yo desde los cuatro años iba al cine con mis padres, porque era el entretenimiento habitual en aquel momento, y luego con la dictadura también era una válvula de escape, era volar hacia otros sitios en la España de Franco", relató.
Prosiguió: "después ya me dediqué al cine 'clubismo', monté cineclubes, hice crítica cinematográfica, organizábamos ciclos de películas que estaban prohibidas en España al otro lado de la frontera, porque Barcelona está cerca de Francia, a unas dos horas en automóvil, en Andorra también, y ahí en el sur de Francia organizábamos ciclos de películas que habían sido prohibidas por la censura".
En ese sentido, el productor y director de cinematográfico, expuso que su vinculación con el cine era su dedicación; "es como si fuera una religión para mí...casi", puntualizó.