Mundo digital incluyente
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, o del 8M, se llevó a cabo en el Instituto Tecnológico Superior de Pátzcuaro, el Conversatorio: “Por un mundo digital inclusivo: innovación y tecnología para la igualdad de género”, al cual estuvieron presentes diversos actores sociales, políticos e institucionales quienes fueron los invitados a reflexionar sobre diversas temáticas relacionadas con el mundo digital inclusivo y la igualdad de género.
Entre los disertantes asistieron la doctora Elvia Higuera Pérez, Subsecretaria de Derechos Humanos y Población y el doctor Gerardo A. Herrera Pérez, titular del Mecanismos de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas, ambos de la Secretaria de Gobierno de Michoacán.
Para dar inicio al Conversatorio, fue el director general del Instituto Tecnológico Superior de Pátzcuaro, C.P. J. Jesús Vega Covarrubias, quien dio la bienvenida a los disertantes, precisando la importancia de su presencia en la institución, derivado del trabajo social y comunitario que realizan en los temas de género por ambos ponentes.
Al presentar a la doctora Elvia Higuera Pérez, reconoció su trayectoria y trabajo institucional, así como su cercanía de manera permanente con el tema de género y los derechos de las mujeres. Ya en su disertación, Higuera Pérez expresó que, pese a que las mujeres son más del 51 por ciento de la población, no todas disfrutan y acceden a la tecnología y así como a la información y comunicación, es decir las TIC, que es un derecho humano, situación que pone en desventaja principalmente a las mujeres de las zonas rurales, y zonas en precariedad en donde no se tiene las tecnologías que permitan a la mujer empoderarse.
Que las mujeres participen a través de las tecnologías es fundamental para alcanzar el crecimiento que permita mejorar las condiciones de vida de dicha población y sobre todo de las niñas. Reconoció en sus manifestaciones que es importante que las mujeres accedan a las tecnologías, porque pese a que existe un avance se requiere de la progresividad en algunas áreas de oportunidad, pero sobre todo, cerrar brechas que aun generan desigualdad, discriminación y falta de una verdadera justicia social.
Entre sus puntos concluyentes, la doctora Higuera Pérez manifestó que, la tecnología no solo puede reducir la desigualdad entre hombres y mujeres, sino que, además, se puede avanzar en un desarrollo sostenible a partir de reconocer la importancia de la tecnología en inclusión, sin discriminación, sin violencia, sin opresión y en equidad de género para esta generación y las próximas generaciones.
Por su parte el doctor Gerardo A. Herrera Pérez, ofreció en sus comentarios las siguientes reflexiones: la primera cuestión a compartir fue pensar en lo que estamos haciendo como sociedad, porque pese a la existencia de normas, estructuras burocráticas, personal institucional, y diseño de política pública sobre la mujer, continuamos hablando de violencia y desigualdades contra la mujer; violencia que incluye el no acceder a las tecnologías de la información y la comunicación a las mujeres de manera equitativa. Por otro lado, expreso que la violencia que genera el varón constituye el mandato de masculinidad que tienen los hombres para someter, controlar y disciplinar los cuerpos de las mujeres o de otros hombres a través de subordinar o dominar, situación que también explica los mecanismos para hacerse por parte de los varones de tecnología o bien para utilizar la tecnología.
Sobre la masculinidad, el disertante hablo de cómo el hombre a través de los saberes, el poder, la autoridad, la jactancia y la violencia ejerce un control frente a la mujer; y como el mandato de la mujer es simplemente la obediencia al hombre, el dejarse someter y controlar. Hoy los hombres, expreso, deben de conocer sobre las masculinidades hegemónica y trabajar en deconstruirla y reconstruir un modelo de masculinidad positiva, más cercano al trabajo de las labores del hogar, los cuidados y la crianza de los hijos.
Finalmente, explico que la tecnología también es un elemento que puede coadyuvar de manera paralela con la inclusión para desarrollar una mayor participación de los miembros de la sociedad, que permita compartir con la otredad sus intereses, experiencias, conocimientos, capacidades, entre otras, mientras no se trabaje en la formación ética, valores, principios y virtudes sociales, pero sobre todo en la deconstrucción metacognitiva de las masculinidades violentas para generar mejores ambientes sociales y de tolerancia y respeto.