INEA, 37 años de cambiar vidas a través de la educación
MORELIA, Mich., 30 de agosto de 2018.- Isabel Aguilar Esquivel, estudió y certificó la educación básica en el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) en la decáda de los ochenta, tras ello dio continuidad a sus estudios y logró culminar preparatoria y una licenciatura en enfermería le permitió conseguir un mejor trabajo a fin de poder dar certidumbre económica a su familia. “Acepten la invitación que INEA les ofrece para retomar su vida en cuestión educativa”, exhortó.
De acuerdo con un comunicado, ella es una de los 28 millones 029 mil 384 personas de 15 años y más que a partir del comienzo de la década de los ochenta decidieron aprender a leer y escribir, así como continuar sus estudios de primaria y secundaria durante los últimos 37 años del INEA. Con nombre y apellidos comparten sus historias de como la educación cambió sus vidas.
Selina Gaby Negrete Estrada, al egresar del INEA en Baja California Sur, cambió su vida de tal manera que a partir de ahí continúo estudiando preparatoria y, finalmente, la terminar la licenciatura en Derecho. Pasando los 30 años de edad logró convertirse en la profesionista que es ahora en su natal Ensenada.
Durante sus 37 años de existencia del Instituto, 9 millones 526 mil 408 personas se incorporaron al INEA para concluir su secundaria en alguno de los 31 estados de la República y la Ciudad de México.
Otros ejemplos de que con la educación cambiaron sus vidas, son Macedonia Blas Flores, quien después que egresó de INEA en Querétaro fue candidata al Premio Nobel de la Paz; Antonio de Jesús Sandoval, continúo estudiando hasta convertirse en Técnico Operador de Herramientas Computaciones, profesión que ejerce en su estado natal, en Baja California Sur.
En materia de educación primaria, 5 millones 692 mil 596 concluyeron este nivel educativo en las tres décadas y siete años de vida del INEA, que cuenta con seis Delegaciones y 26 Institutos Estatales de Educación para Adultos (IEEA).
Además, José Luis Zúñiga, de Guanajuato, dio continuidad a sus estudios hasta convertirse en licenciado en Derecho; Fernando Franco de Ciudad de México, ingeniero en Comunicaciones Electrónicas; Andrés Canales, becario en Estados Unidos para estudiar química; Jahnett Landa, inició sus estudios básicos hace 22 años y egresó para continuar con la preparatoria y estudiar la licenciatura en Trabajo Social. “El que no estudia es porque realmente no quiere avanzar”, afirmó.
Las primeras letras escritas y leídas por 12 millones 810 mil 380 personas jóvenes y adultas fueron las aprendidas en el INEA a lo largo de su historia, a través de la cual desarrolló modelos pedagógicos que buscaban brindar procesos de enseñanza acordes a la edad y necesidades de la población en atención.
El Modelo Educación para la Vida y el Trabajo (MEVyT), es la culminación del diseño de un prototipo pedagógico pensado con base en la experiencia de vida de las personas, flexible y acorde a sus necesidades cotidianas.
Actualmente el MEVyT cuenta con 5 vertientes que buscan llegar a más sectores de la población objetivo del INEA: hispanohablante que concentra la mayor parte de la atención en el territorio nacional; Indígena Bilingüe (MIB) diseñado para las poblaciones hablantes de las diferentes lenguas indígenas; el programa 10- 14, es una oferta acotada del hispanohablante que se centra en las características y necesidades educativas de niños y jóvenes entre estos rangos de edad; para Débiles Visuales, enfocado a las personas ciegas y débiles visuales. Y en Línea, modalidad electrónica para estudiar primaria o secundaria.
Mismas que se ofrecen en 2 mil 679 Plazas Comunitarias; 107 mil 566 Círculos de Estudio y en 10 mil 883 Puntos de Encuentro ubicados en todos los municipios del país y que suman un total de 121 mil 118 centros de atención educativa.
“Échenle granas, sí se puede salir adelante”, conminó a jóvenes y adultos la sudcaliforniana Selina Gaby Negrete Estrada egresada del INEA en la época de los años 80.