El sindicalismo magisterial quedó sin brazos: Ramírez Bedolla
MORELIA, Mich., 23 de enero de 2024.- Tras casi cuatro décadas de control absoluto, hoy es un hecho histórico: el sindicalismo magisterial quedó sin brazos.
Su acción se redujo solo a la agenda sindical.
Pero en los hechos, se quedó sin control político, no económico.
"Se acabó con la corrupción. Se acabó con el huachicol de plazas", sentenció el mandatario ante unos cinco mil trabajadores de la educación.
Ramírez Bedolla encabezó el acto de formalización laboral, que da certeza jurídica a ocho mil 426 trabajadores de la educación, que se encontraban en el limbo de la incertidumbre.
Esos procesos fueron arrebatados a las diversas expresiones, que según las autoridades, cobraban hasta 300 mil pesos por una plaza, una fuga impresionante por las cañerías de la corrupción.
La entrega de los formatos ya no pasará por las manos de los sindicatos.
Ahora todo será a través de la plataforma digital. Es decir, fuera manos y fuera moches.
Lo de hoy, sintetizó la secretaria de Educación, Gabriela Molina, marca un hito histórico en el sector educativo michoacano, golpeado severamente por la voracidad sindical, que por años manejó discrecionalmente la educación en Michoacán.
La basificación viene antecedida de otras acciones que operó el bedollismo desde su arribo al poder.
Primero, se acortó el control de los accesos de normalistas, que se acompañó del examen vial Ceneval.
Luego, cerró la llave para los eventuales: el ejército que las expresiones sindicales traían para apoyar el marchómetro.
Hoy, refirió, el mandatario, se ha retomado la rectoría de la educación.
Ahí, enfrente, le escuchaba y asentaba la encargada de la política educativa nacional de la 4T, Leticia Ramírez.
La recuperación del sector fue orillada por la promesa presidencial de federalizar la nómina magisterial.
Pero antes de eso, debía existir orden.
Hoy, el pase de lista, algo nunca hecho, alcanzó el 99 por ciento. Es decir, todos los que cobran, trabajan, según concluyó el procedimiento.
Todo el andamiaje que existe en la Secretaría de Educación se apuntala en el Gobierno Digital, hasta donde los tentáculos sindicales no llegan.