Dialogan estudiantes sobre la desaparición forzada en México
18 de enero de 2018
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12:31
Luis Felipe Reynoso/Quadratín
MORELIA, Mich., 18 de enero de 2018.- Alumnos de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de la UNAM, en conjunto con integrantes de la organización Familiares Caminando por Justicia, realizaron este miércoles en el UNAM Centro Cultural Morelia una mesa de diálogo sobre la desaparición forzada en el país.
Como moderadora de la mesa fungió la profesora de la ENES Kathia Arjona, y participaron la señora Mercedes Ruiz integrante de Familiares Caminando por Justicia, la profesora Berenice Guevara y dos alumnas del primer semestre de la licenciatura en Estudios Sociales y Gestión Local.
Mercedes Ruiz explicó que la organización está formada mayoritariamente por familiares de personas desaparecidas. En su caso lleva a cuestas el caso de Guillermo Alejandro Ortiz Ruiz, su hijo, quien desapareció el 29 de noviembre del 2010 junto con Vianey Heredia Hernández, su socia en un despacho de abogacía.
Durante su intervención, la madre relató la serie de problemas que ha padecido en las pesquisas que realiza para dar con el paradero de su hijo, en una investigación lenta, poco efectiva e irregular que realizan las autoridades encargadas del caso.
La activista indicó que en la organización tienen aproximadamente un registro de 51 personas desaparecidas del 2012 a la fecha, sin embargo, dijo, esta cifra no refleja la realidad porque de cada denuncia que se hace y que ellos tienen registrada existen por lo menos otras nueve. Aseguró que en México se tiene un registro aproximado de 32 mil personas desaparecidas.
Mercedes Ruiz explicó que en las pláticas que han tenido con otros colectivos se han dado cuenta que la mayoría de las personas tiene miedo porque ha sido amenazada, incluso ellos mismos han sido amenazados al salir del Ministerio Público.
Dijo que la familia Orozco Medina, integrante de Familiares Caminando por Justicia, tiene tres desaparecidos, y el pasado 11 de enero del año en curso, José Iván Orozco Medina, integrante de esta misma familia y de la organización, sufrió un atentado que lo tiene ya ocho días postrado en terapia intensiva con un pronóstico reservado.
Por su parte, Berenice Guevara dio una reseña de la organización Familiares Caminando por Justicia y su actividad. Explicó que esta organización está integrada en su mayoría por mujeres, "que muestra que la lucha por los Derechos Humanos es continua y vale la pena realizarla"
Refirió que la organización no gubernamental, de manera oficial nació durante el mes de febrero del año 2017, aunque las integrantes se conocían y tenían trabajo en conjunto desde el año 2015, donde ya tenía un historial de caminatas y mítines en la capital michoacana.
La académica resaltó que esta organización realiza un acompañamiento jurídico a familiares de personas desaparecidas de distintos puntos del país, por lo que en poco tiempo ya han consolidado su presencia en Morelia, "demostrando que la sensibilización por medio del arte y la sed de Justicia que proclaman tienen un eco potente".
"El activismo puede ser peligroso, no sólo para miembros sino para quienes acompañamos a las organizaciones Pro Derechos Humanos", aseveró.
A su vez, la alumna de la ENES Janine, compartió con los presentes la experiencia desde el aula y su concepción al realizar el trabajo de la exposición Tejidos de Esperanza, que se presenta en el jardín del UNAM Centro Cultural Morelia hasta el próximo 26 de enero.
La estudiante destacó que Familiares Caminando por Justicia lleva a cabo una lucha, donde el arte es una plataforma de sensibilización, denuncia y visibilización; "su caminar es un ejercicio de resistencia y de memoria histórica colectiva", dijo.
Explicó que en momentos hubo resistencia como estudiantes a enfrentar este problema, a involucrarse, "pienso que es debido a que hacerlo no es muy cómodo; te enfrentas con dolor, con enojo, y es más sencillo cuando negamos y evadimos, pero por otra parte, al habernos involucrarnos en el proyecto, no olvidaremos y quedará en nuestra memoria", aseguró.
La alumna Angélica externó que le llamo desde un principio la atención el factor del miedo, "creo que es importante mencionar cómo los inmoviliza, al menos a mí me impactó mucho al momento de trabajarlo", reconoció.
La estudiante dijo que nos hemos acostumbrado a ser violentados, "la violencia se ha vuelto parte de nuestra normalidad y nuestro instinto de supervivencia, nos lleva poner distancia entre la realidad, esperando que no nos suceda, creyendo que entre menos sepamos más seguros estaremos".
"Vivimos acostumbrados a la guerra, a la violencia, al peligro, a las desapariciones y a la amenaza constante; nace así la cultura del miedo", dijo, y manifestó que ello da paso a la indiferencia, porque ésta ya se ha interiorizado como algo natural.
Angélica aseveró que esta situación ha llevado a una sociedad más conservadora la crítica y la reflexión ética quedan relegadas a un segundo plano ante la percepción de la gravedad de la amenaza, "es así que elegimos volvernos extraños, elegimos no mirar al de al lado y volvernos espectadores ciegos de una realidad que daña profundamente nuestro tejido social".
Finalmente, la profesora Kathia Arjona, quien imparte la cátedra Ética y Responsabilidad Social a los alumnos que presentan la exposición Tejidos de Esperanza, indicó que todo el proceso ha sido muy fuerte y emocionalmente impactante, "sí alteró de alguna manera nuestra visión del mundo; no vamos a ser las mismas personas ya".
La académica anunció que habrá otro panel el próximo miércoles 24 de enero, por lo que pidió se pase la voz, para compartir experiencias sobre esta realidad, "para hacer ruido y buscar nuevas alternativas de transformar nuestro entorno desde otro lugar que no genere más violencia", concluyó.