Relata normalista desalojo del 15 de octubre en Tiripetío
MORELIA, Mich., 15 de octubre de 2015.- “Eran como las tres de la mañana, nosotros estábamos adentro de la Normal y de pronto escuchamos helicópteros sobrevolando por el plantel. Esto generó desconcierto en los compañeros y cuando menos nos lo esperamos ya estábamos rodeados por granaderos. Pensábamos que querían dialogar para recuperar las unidades que teníamos secuestradas, pero no, ellos iban con la intención de golpear, secuestrar y matar”, describió uno de los normalistas presentes en el desalojo de la escuela Normal de Tiripetío.
Uno de los estudiantes que vivió en carne propia el desalojo en Tiripetío relató a Quadratín los sucesos que se presentaron el pasado 15 de octubre de 2012, cuando elementos de seguridad irrumpieron en las instalaciones de esta institución para detener a cerca de 70 normalistas que habían tomado el plantel, y que en su interior contaban con unidades policiacas secuestradas.
“No nos dejaban salir, de pronto estábamos encerrados. Entonces pensamos en reunirnos los 70 que estábamos adentro para organizarnos y ofrecer la entrega de las patrullas, a cambio de que no nos detuvieran”.
El entrevistado detalló que un inicio, los estudiantes jamás pensaron en que los elementos de seguridad pública entrarían al plantel para detenerlos sin dar cabida a una negociación, y al percatarse de la postura de los uniformados, optaron por replegarse.
“De pronto comenzaron a dispararnos con balas de goma y a aventarnos gas lacrimógeno; todos corrimos en ese momento, y se veían compañeros tirados en el piso, rindiéndose para que las autoridades pararan de disparar”.
Al romperse la unión entre los estudiantes, el entrevistado reseñó que los antimotines comenzaron a detenerlos, separando a hombres y mujeres en diferentes unidades.
“Nos arrastraron por todo el plantel hasta llegar a las patrullas, en donde nos subieron a hombres y mujeres por separado”.
Con el rostro cubierto por un pañuelo y una capucha, el normalista recordó que durante el recorrido seguían siendo golpeados y agredidos verbalmente por los uniformados. “Pero querían su revolución culeros. Se los va a cargar la chingada”, eran las palabras que, dijo, emanaban de la boca de los policías.
El estudiante, que por seguridad omitió revelar su nombre, recapituló con bastante fluidez que lo primero que paso por su mente cuando iba a bordo de la patrulla era que los iban a ejecutar, al observar la carretera en la que viajaban por la comunidad de Carapan.
Después de un largo y pesado recorrido, señaló que alrededor de las siete de la mañana arribaron a la academia de policías de Morelia, y hasta ese momento desconocían el paradero de sus compañeras normalistas.
“Cuando nos bajamos de las patrullas y llegamos a la academia vimos que las patrullas tenían vidrios rotos y bañados en sangre. No sabíamos qué podía pasar con nosotros”.
Tras referir esto, describió que al interior de la institución policiaca los despojaron de sus pertenencias para posteriormente seguirlos golpeando. “Nos quitaron nuestros celulares, dinero, cadenas y relojes, todo nos quitaron, y nos advertían que nos iban a matar; que primero nos iban a mandar a México y que ya le habían dicho a nuestros papás que ni nos esperaran en la casa”.
Con la mirada perdida, como si al recordar pudiera volver a vivir una vez más aquella madrugada del 15 de octubre, el normalista entrevistado dijo que en ese momento temió por su vida, pero que estaba consciente de que “su lucha era digna”, pues buscaba mejorar las condiciones educativas de la escuela normal a la que pertenece.
Al cumplir 48 horas de brutales agresiones –según lo describe- los estudiantes quedaron libres, y en ese momento lo primero que hicieron fue investigar qué había pasado con sus compañeras presas.
El estudiante resaltó que a pesar de que pensaban en lo peor, las mujeres normalistas que habían sido detenidas no pisaron el suelo de ningún separo de la policía, pues señaló que gracias a la oportuna alarma que se desencadenó en otras normales en las que también existieron desalojos, las féminas fueron liberadas cuando se dirigían a la localidad de Uruapan.
“La verdad no me atrevo a describir lo que les pasó a ellas, lo bueno fue que las liberaron, pero no podría decirte cómo les fue, pero por lo que te comento no creo que muy bien que digamos”.
Hoy, a tres años de que se suscitara este hecho en las escuelas normales de Tiripetío y Cherán, los estudiantes de las ocho normales del estado emprenderán una marcha por las calles del Centro Histórico de Morelia, para repudiar la manera en la que fueron desalojados la madrugada de aquel 15 de octubre de 2012.