Productores de aguacate no deben dormirse en sus laureles: Heliodoro Gil
MORELIA, Mich., 1 de agosto de 2023.- Michoacán es el rey del oro verde, pero los productores no deben dormirse en sus laureles o podrían ser desplazados en el mercado, aseveró el economista Heliodoro Gil Corona, tras darse a conocer una variante de aguacate en la que trabaja una empresa española, que asegura podría colocarse como una alternativa competitiva en Estados Unidos.
Luna UCR es el nombre esta variedad de aguacate que comparte similitudes con la Hass que se cultiva en tierras michoacanas; es obra de una colaboración de la empresa Eurosemillas y la Universidad de California en Riverside (UCR), quienes durante la pandemia por Covid 19 firmaron un acuerdo millonario para la innovación, y que apenas el 10 de julio de 2023 anunciaron el resultado de este esfuerzo conjunto, que promete colarse en el gusto del paladar estadounidense.
Y es que desde hace ya varios años, Estados Unidos ha realizado esfuerzos en el sector rural, haciendo énfasis en este fruto, para lograr sustituir la dependencia de la producción agrícola mexicana, en donde incluso se han complementado las necesidades del residente en América del Norte con alimentos provenientes de Chile o Israel.
Sin embargo, estas alternativas no les han funcionado hasta el momento y las exportaciones siguen moviendo más de ocho mil millones de dólares anualmente, de los que el aguacate es el que en proporción se lleva la mayor parte, con tres mil ocho millones de dólares en 2022.
Gil Corona advirtió que, si los aguacateros michoacanos se duermen en sus laureles por ser el principal exportador del país, tarde o temprano la competencia llegará, por lo que es un buen momento de encender las alertas y poner manos a la obra para mejorar los aspectos técnicos y ambientales que giran en torno al árbol.
Cuidar el oro verde que es un buen motivo para poner una alerta inmediata y emprender manos a la obra, ya que el escenario que se avizora, en caso de no innovar, podría ser similar a lo que sucedió en las últimas dos décadas con las remesas que captaba Michoacán.
“Va a crecer la competencia, el Hass tiene mucha aceptación en el mercado estadounidense, pero hay que estar preparados, hace 20 años no pensábamos que fueran a desplazar a Michoacán en remesas y ahora somos terceros a nivel nacional”, afirmó Heliodoro Gil.
Si bien Luna puede ser una amenaza, la entidad está a tiempo de hacer cambios significativos, ya que va a ser un proceso de mercado que va a tardar, por lo que hay que enfrentar de lo más pronto posible el reto ambiental que representa el oro verde, que tiene que ver con el excesivo uso de agua y el desplazamiento de bosques.
Aunado a ello, se enfrenta la mezcla de la producción del aguacate michoacano con el proveniente de otras entidades como Jalisco y Colima, frutos que no cuentan con la calidad en cuanto a sabor y aceites como el que crece en Uruapan, pero que se logra colar en los cargamentos que van directo a Norteamérica.
“Si bien algunos de ellos son productores michoacanos en otras entidades, utilizan los mecanismos del tratado comercial para lograr la exportación. Estos aspectos técnicos van relacionados con la calidad del suelo, que es diferente en cada entidad”.
Por ello, calificó que este es el primer aviso por el que “hay que levantar las antenas” y buscar dar solución a los problemas internos que genera el aguacate, tanto técnicos como ambientales.
Luna UCR
El pasado 10 de junio, Eurosemillas dio a conocer un avance que “lleva más de medio siglo en desarrollo”, una variedad de aguacate que se suma a las 400 que existen a nivel mundial. Su nombre científico es BL516 y fue gracias a la colaboración con la Universidad de California en Riverside.
Una de sus características es que, aunque es de una cáscara lisa, su tamaño es similar al Hass y se vuelve más oscura al madurar, por lo que es más fácil localizar los frutos que ya están en su punto para el consumo; proviene de un árbol más pequeño y su índice de polinización es mucho más alto.
Cabe resaltar que esta innovación no proviene de ingeniería genética, ni de alguna otra tecnología moderna, sino de la más antigua en la producción de nuevas plantas, el injerto selectivo, la misma que utilizó Gregor Mendel para mejorar los guisantes en el siglo 19.