Juguetes tradicionales, la lucha por mantener labor artesanal y una sana diversión
MORELIA, Mich., 2 de enero de 2025.- Con su escoba y un recogedor la señora María Elena Raya Maciel despeja del suelo la basura y el polvo acumulado en el breve tiempo que su local permaneció cerrado; en momentos su labor de limpieza se ve pausado por quienes preguntan precios de venta de su mercancía.
Después de preguntar por varios objetos los paseantes siguen su camino, sin llevarse la pieza por la que preguntaban. Así inicia un día más de labor en el Mercado de Artesanías Valentín Gómez Farías, de Morelia, siendo una de las pocas vendedoras que aún permanecen en el recinto ofreciendo juguetes tradicionales.
Al ver el micrófono de Quadratín y la cámara se queda quieta, hasta que se le pregunta si accede a detallar qué mercancía ofrece, costos, características, e invitar a la población a comprar uno o varios de estos juguetes mexicanos.
Reconoce que la tecnología ha resultado un obstáculo complicado de vencer o por lo menos competir para el sector artesanal, particularmente el enfocado a la elaboración de estos juguetes tradicionales que por generaciones sirvieron de entretenimiento a niños que hoy son adultos e incluso adultos mayores.
"Tenemos muchos juguetes, rompecabezas, tablas de multiplicar, damas chinas, carritos, troquitas, ropero, camas... Uno ofrece de todo pero luego la gente no lo quiere, buscan puro juguete tecnológico, solo la gente que viene de los pueblos se lleva un carrito, la camita de muñecas, o algo pequeño, los de aquí de la ciudad no se llevan nada", lamentó mientras mostraba los juguetes que ella vende.
En un momento recordó uno de los primeros trompos que se usaron, de mezquite, café oscuro que fue, según dijo, el iniciador de los trompos, durables, básicos pero siempre generando sonrisas y sana diversión entre generaciones de antaño.
"Tenemos desde 30 pesos, hay juguetitos variados, tenemos trompos, como el de mezquite qué se vendían por costales, son negritos y son los meros buenos, pero ya mucha gente casi ya ni los conoce, tenemos también miniaturas de balero, trompo, y curiosidades de estos juguetes".
Destacan en su negocio baleros de todos tamaños y colores, al igual que yoyos, guitarras, maracas, sonajas, las famosas tablas mágicas, pirinolas, las emblemáticas muñecas de papel, guarecitas, carritos de madera, tráileres, maquinitas para jugar a hacer tortillas, lapiceros con figuras de personajes de televisión tallados en madera, y muchas más.
La señora María Elena recuerda con nostalgia cuando usaba estas piezas, y con risa relata que su nieto juega, aunque poco, con estas piezas que ella ha tratado de inculcarle el gusto desde pequeño para que conozca lo que hace décadas era el entretenimiento de los niños.
En este como en muchos mercados, los artesanos se esfuerzan y luchan contra la innovación para subsistir e intentar cautivar a las nuevas generaciones; el Mercado Valentín Gómez Farías abre de 10 a 19 horas y es una buena opción para adquirir un producto de manos artesanas aprovechando que viene el Día de Reyes.