Beneficia programa Madre Tierra a productores de fresa michoacanos
MORELIA, Mich., 26 de febrero de 2022.- En las tierras de la región de Maravatío, nace la fresa, cobijada por un buen clima, disponibilidad de agua y el amoroso cuidado de los agricultores. También en esta región es donde se pone en marcha el programa Madre Tierra, enfocado en apoyar la comercialización de la frutilla obtenida por pequeños productores, a la vez que se asegura la inocuidad y la calidad de ésta.
Surgió en 2018, como un programa piloto que retoma la experiencia en Veracruz, con empresarios agrícolas de naranja y de toronja, y ahora abarca 48 agricultores proveedores y 132 en proceso de capacitación, mediante la adquisición de buenas prácticas, procesos de agricultura regenerativa y transferencia tecnológica, para tener más y mejores fresas que se venden a Frexport, para la elaboración de productos Danone, explica Georgina Alvarado Díaz, líder de Grupo Altex.
"La idea del programa Madre Tierra es impulsar a pequeños productores de fresa que provean con fruta a Danone, en Estados Unidos; es un proyecto efectuado ppr dos grandes empresas, Danone y Grupo Altex, a través de la planta Frexport, en Zamora, con la participación de siete socios" detalla.
Un pequeño productor es el agricultor a cargo de hasta 10 hectáreas, y la meta es concluir el programa, en 2024, con 140 pequeños productores de fresa abasteciendo a Danone, con la expectativa de generar cadenas de proveeduría de muy largo plazo, en un entramado de ganar ganar.
Georgina Alvarado refiere que Madre Tierra es orquestado por la iniciativa privada, con un costo estimado de dos millones de euros, que se erogan en transferencia de tecnología a los productores de fresa, capacitación, certificación y migración hacia la constitución de una empresa agrícola.
Para el pequeño productor, implica la adopción de mecanismos y procesos que buscan garantizar la calidad y la inocuidad de la fresa, pero también la formalización de su actividad, mediante su registro ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT), mientras para las empresas conlleva adaptar sus esquemas de facturación a las necesidades de sus proveedores, como pagos semanales en vez de mensuales, recibir cantidades reducidas de fruta, y competir con compradores que pagan al momento y en efectivo, sin exigir pago de impuestos.
Pero los beneficios son notables: el pequeño productor tiene un pago seguro, cuyo monto conoce desde el corte de la fresa, y un comprador confiable, no los coyotes que prometen condiciones de compra venta que no se van a cumplir, y Frexport y Danone se aseguran un producto con las características que requieren.
"Dependemos de los productores del campo, si el campo no crece, si no hay oportunidades para los productores, todos estaremos en riesgo, el campo debe ser revalorizado y nosotros tenemos un compromiso con el campo, por eso implementamos este esquema con el apoyo de los productores que se arriesgaron con nosotros, pero además pedimos que paguen impuestos, que se formalicen, y así ganamos todos los productores, la empresa y el pais", afirma.
Una operación pequeña que crece entre las fresas
Desde 2016 Claudia Cuenca Ruiz se dedica a la producción de fresas, en la región de Maravatío. Todo inició con una hectárea, cuatro o cinco personas trabajando y puro acolchado, sin macrotúneles, y luego llegó una invitación a una reunión.
"No teníamos muchos conocimientos sobre la plantación y la producción, la primera vez sacamos algunas canastas, a ver en dónde las podíamos vender y uno de los ingenieros nos invitó a una reunión con Altex.
"Desde 2018 estamos en el programa, ahora tenemos tres hectáreas en producción y casi 20 personas trabajando, contamos con asesorías sobre insumos permitidos, buenas prácticas, pagos muy a tiempo y un comprador seguro", explica.
Y es que los pequeños productores enfrentan una batalla que comienza con la obtención de los frutos y sigue con su comercialización, donde el coyotaje es un problema, "prometen un pago inmediato, ciertas cosas y no siempre cumplen, y ahora nosotros estamos bien con el proyecto, casi todo lo vendemos a Danone, sólo un poco lo ofrecemos en Ciudad de México y a un empaque de exportación".
En busca de las cajitas verdes
Adalberto de Jesús Escobedo, productor de fresa en San Pedro Tarímbaro, Contepec, coincide: uno de los problemas que pueden llevar a la quiebra a un pequeño productor es la comercialización.
"Sobre todo, en tiempos de mucha fresa, ponemos todo en la Central de Abasro y el precio se va para el suelo, me tocó una vez que me pagaron en 35 pesos la caja de ocho kilogramos y otra en que ni siquiera me pagaron, eso me molesta mucho, los coyotes, porque prometen mucho y no pagan, no cumplen, y con eso nos pueden llevar a la quiebra", detalla.
Fue entonces cuando se decidió a buscar la procedencia de unas "cajitas verdes" con el nombre de Frexport, para intentar acceder a mejores condiciones de venta, "me invitaron al proyecto, y desde hace cinco años aquí estamos".
Si una caja con ocho kilogramos se vendió en 35 pesos y hubo temporadas en las que ni siquiera se recibía la fruta, ahora en promedio vende el kilogramo a entre 21 y 22 pesos, con un precio determinado desde el momento del corte de la fruta, un pago seguro.
"Estaba que gritaba por un cliente así, pero es muy difícil que ese tipo de empresas volteen a ver a los pequeños productores, no les interesa pagar poquito a uno y otro, son problemas con uno y otro, pero con este proyecto la idea es seguir creciendo", precisa Adalberto de Jesús.
Madre Tierra comenzó como un programa piloto en Maravatío, ahora ha llegado a Irapuato y Epitacio Huerta cuenta con una nueva zona, para asegurar el abasto de fresa de proveedores confiables, minimizar riesgos, lograr calidad y sustentabilidad para garantizar un proceso seguro y generar Aliados con ventas y pagos seguros mediante canales formales.
"Parece pequeño, pero es importante, porque estamos construyendo cadenas seguras, de valor", refiere Georgina Alvarado.