Gana Jesús Sosa el pase a la final del Serial de Novilladas
MORELIA, Mich., 31 de agosto de 2024.- En una muy buena novillada, gracias a la disposición y hambre de triunfo de los alternantes y al buen encierro de la ganadería jalisciense de Claudio Huerta, el coletudo tlaxcalteca Jesús Sosa se alzó como triunfador de la primera de triunfadores del Serial Ángeles Taurinos al cortarle una oreja a “Guantero”, astado número 76 con 421 kilogramos, de buena presencia y bien armado de pitones, al que el coterráneo del Brujo de Apizaco le estructuró una faena de poder y mando.
Frente al cuarto del encierro, segundo de su lote personal, no logró el acoplamiento que hubiera deseado y no estuvo fino con la toledana. Escuchó aplausos.
Por su parte, el tapatío Axel López, estructuró la mejor faena de la noche ante “Compadre”, excelente burel macado con el 6 de la casa ganadera, el que registro 410 kilos en la romana del Palacio del Arte, de buena presencia y de respetable cornamenta.
El discípulo del matador venezolano y mexicano Leonardo Benítez se prodigó con capote y muleta, cubrió los tres tercios, pero perdió con el acero las orejas que, prácticamente, tenía en el bolsillo, recibió la aclamación generalizada del respetable en el centro del coso y dio vuelta al ruedo con mucha fuerza.
Se pasearon los restos mortales del de Claudio Huerta por todo el redondel. Para su fortuna, El cierra plaza fue un galimatías calamocheador, de malas ideas, al que terminó por meter en su muleta, pero no redondeó con el metal, mas recibió aplausos por su entreva y valor.
El franco mexicano César Fernández “Quitos” dejó ver detalles de su buen trasteo, estuvo voluntarioso y les buscó la condición a los dos que le tocaron en suerte, insistió por ambos perfiles, fue persistente, mas como le tocaron los lunarcitos del encierro no pudo desarrollar su tauromaquia dentro de los rangos de su voluntad y, en ambas ocasiones se puso pesado con el acero. Aplausos y aplausos.
En el colofón del evento, el novillero Jesús Sosa recibió de manos del matador Teodoro Gómez, director general de la Fundación Ángeles Taurinos, el trofeo que le acredita como triunfador de la primera novillada de triunfadores y, por ende. El pase a la gran final del ciclo, en la que alternará con Bruno Aloi y con uno de los novilleros de la terna que integran Emiliano Osornio, Luis Garza y Andrés Origel, quienes lidiará a la española un encierro de El Saucillo el venidero 13 de septiembre, en la que será la Segunda de Triunfadores.
El novillero de Guadalajara, Jalisco, Axel López, fue recipiendario del trofeo a la Mejor Faena, consistente en una escultura firmada por el escultor michoacano Juan Mármol. Pero, además, se llevó el cariño y reconocimiento generalizado del público que se dio cita en el bello coso del Poniente Moreliano, el que apretó con muchísima fuerza para que se le entregara una apéndice del tercero de la noche, Compadre de nombre, mas el juez de plaza, Víctor Alaníz, en una actitud de elemental justicia aguantó hasta con estoicismo y no sacó el pañuelo blanco porque el tapatío se había tirado reiteradamente a la ejecución de la suerte suprema y fue hasta el quinto viaje de descabello que logró su cometido. Así sea.
FUERA DE CARTEL
Una vez concluida formalmente la novillada, luego de la entrega de trofeos y ya cuando la mayoría del público que se había retirado del recinto taurino, la empresaria Tomasina decidió echarle un sobrero que estaba en los corrales (novillo toro marcado con el hierro de la ganadería Campo Hermoso) al matador José Mauricio, quien se vistió de cortó y con serenidad y calma desarrolló su trasteo de torero fino, torero artista, lo que le fue ovacionado por parte del poco público que se regresó los tendidos para verlo en acción.
Fosé Mauricio estructuró cuatro muy buenas tandas por amos lados y después llamó al incipiente novillero Vladimir Díaz para darle las tres. Claro, fue notoria la diferencia en el trasteo y trato del burel entre uno ya otro. Posteriormente llamó a al aspirante moreliano Paco Vargas, mismo que dejó ver que trae talento que puede ser convertido en gran capacidad. Luego fue a Luis Ernesto Cincire y al becerrista Abraham Guerrero a quienes les dio la oportunidad de una tanda. Finalmente, el matador de toros defeño ejecutó la suerte suprema. Así sea.