Fonseca se inventó sus faenas para triunfar en Morelia y salir aclamado
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MORELIA, Mich., 3 de noviembre de 2023.- Isaac Fonseca se inventó sus dos toros y le cortó una oreja a cada uno de ellos.
El Huracán de Morelia no se guardó nada, aguantó eternidades cuando tuvo que aguantar en la cara de los bureles, se sacó de la manga pases de a pie y de rodillas, imprimió mucha cabeza para extraer néctar de las piedras y mató de estoconazos.
Fue ovacionado por la multitud y Salió a hombros aclamado con gritos sonoros de torero, torero, torero.
En efecto, el Huracán de Morelia acabó con el cuadro, arreó con determinación, entrega y valor desmedido, conectó con el respetable que se rindió a sus pies, se jugó la vida y dibujó tandas de capote y de muleta despaciosas y largas, muy largas, de aquí hasta allá, y retribuyó con creces por los boletos que fueron adquiridos por la multitud.
Pablo Hermoso de Mendoza tuvo que hacer de tripas corazón, inventarse momentos muy toreros y artísticos para salir ovacionado dos veces.
A Octavio García el Payo le tocó lo peor de lo peor y escuchó palmas en su lote.
Gran entrada en la Monumental de Morelia que lució casi llena en una noche en la que el viento y el frío no se dejaron sentir.
Mal encierro de la Estancia, la ganadería guanajuatense de Alejandro Martínez Vértiz, por seis toros que acusaron mansedumbre, regatearon la embestida y terminaron pegados a piso, pero el sexto debió ser devuelto por exigencia del público, a lo que accedió el juez de plaza, aunque ya estaba picado.
El sobrero dejó ver las mismas características de sus hermanos, pero tuvo poco más de recorrido, lo que fue agrandado por el toreo verdad del Huracán.
En suma, Isaac Fonseca volvió a la Monumental de Morelia un año después de su encerrona y nuevamente dejó en claro que es el torero que México estaba esperando, desarrolló toda su tauromaquia a pesar de lo malo del encierro, nuevamente avivó el gusto de la multitud y provocó en la afición el deseo de volver a verlo, lo que fue evidente porque fue despedido con sonoras ovaciones y los gritos que consagran a los toreros. Así sea.