Brindis y rebelión de Isaac Fonseca en el centro del ruedo
MORELIA, Mich., 27 de noviembre de 2023.- Isaac Fonseca es un fenómeno en ciernes como no hay otro igual en el planeta de los toros. Lo que hace y deja de hacer logra repercusiones sonoras de todos los matices. Es un provocador de emociones y de opiniones de todo tipo, desde las que lo colocan en los linteles de la gloria, hasta las que lo descalifican e intentan degradar.
Y él siempre tan dueño de su rumbo y su destino, tan claro de conceptos y tan puntual con esa su tauromaquia que va del tremendismo al reposo y del arrebato al arte, como ayer que firmó dos grandes faenas y brindó en el centro del redondel con rebelde gallardía: “por Guadalajara taurino, por nuestras tradiciones y que viva la fiesta brava”.
El Fonseca fue un brindis de rebelión en contra de los atentados contra la fiesta brava. Los que, de suyo, lo son contra las libertades, la ganadería, el comercio, la agricultura, el medio ambiente, la industria, el trabajo, la propiedad privada, los usos y costumbres, la educación, el derecho al esparcimiento, la economía, el bienestar humano, las tradiciones, la cultura y la paz social.
Brindis de rebelión que, de una y mil maneras, es una advertencia de lo que puede provocar el que determinados políticos y ciertos jueces secunden a los bestializados que son maiceados por capitales extranjeros como parte de una cruzada mundial en contra de valores, costumbres, culturas, tradiciones y arraigos. Provocaciones que, insisto, atentan contra la paz social.
La intención es proscribir y meter en el clandestinaje a quienes gustan de la tauromaquia, la gallística, el jaripeo, la charrería, las carreras de caballos, los zoológicos, los delfinarios, el pajarerismo, la pesca, la cacería y toda actividad en la que el hombro aproveche las características particulares de cada animal, principalmente el toro, el gallo y el caballo.
Pero no lograrán acabar con esas actividades, tradiciones, libertades y cultura porque nunca dejará de haber corridas de toros, palenques, carreras de caballos, jaripeo y ni las demás actividades con animales. No, nunca. Lo que sí, es que esas provocaciones contra las libertades y la paz social tendrán repercusiones con habrá respuestas de diferente tono.
Y allí será donde la puerca torcerá el rabo, porque para ese entonces las respuestas no serán finas, modositas, de café, ni de vitrina. Serán como suelen ser cuando los pueblos deciden que no aguantarán más y, entonces, la paz social quedará en el filo de la navaja. Por eso el grito de brindis y rebelión de Isaac Fonseca se alza como una advertencia para el devenir de los pueblos y ciudades de México. Tiempo al tiempo que el tiempo vuela.
“Por Guadalajara taurina, por nuestras tradiciones y que Viva México. Así sea.