Recomendaciones literarias para viajar a través de las letras
MORELIA Mich., 23 de abril de 2020.- En términos de literatura, la lectura de un libro resulta una experiencia por demás personal, porque los gustos son como los tonos de color: hay de todos los matices y con diferentes nombres. Ahora puede ser un buen momento para buscar un libro al gusto, la reclusión por la pandemia implica buscar distintas actividades, pero también sumergirse en otros mundos. Aquí algunas recomendaciones para viajar desde las letras.
José Saramago es un autor muy leído porque ha demostrado, a través de sus letras, que puede tocarse cualquier fibra que se desee. Con El viaje del elefante, el autor portugués, merecedor del Premio Nobel de Literatura en 1998, busca en el pasado una historia casi increíble: el viaje que realiza Salomón, un elefante asiático, al ser entregado como regalo por parte del Rey de Portugal, Juan Tercero, al archiduque Maximiliano de Austria, esto sucedido a mediados del siglo 16.
Aunque ya la vida es complicada, paradójicamente la lectura de Desgracia, del autor sudafricano J.M. Coetzee, puede darle un sentido a lo que se vive. Es una historia sobre David Lurie, un hombre que puede llegar a tocar fondo, sabiendo que nunca es suficiente. Si acaso ayuda, (para muchos esa referencia basta), el autor ganó en 2003 el Premio Nobel de Literatura que le otorgó la Academia Sueca.
La locura y la miseria, dos entes que nadie desea, habitaron con constancia la vida de Vincent van Gogh. En el libro Cartas a Theo, resultado de la recopilación de las cartas que escribió el pintor impresionista holandés a su hermano, dar un panorama de la vida y obra de este artista con una vida precaria, al que el tiempo y su propio trabajo le han el dado el reconocimiento que merece, aunque éste haya llegado tarde.
Una novela corta que cumple ya 24 años, es Seda, del escritor y dramaturgo italiano Alessandro Baricco. Esta historia, puesta en una novela que en apariencia puede ser ágil y rápida, debe saborearse como un buen bocado. La historia deshila el ir y venir de un hombre, Hervé Joncour, que busca la empresa de la seda más allá de las fronteras de Europa. Es, a decir del autor, "cuando no se tiene un nombre para decir las cosas, entonces se utilizan historias. Así funciona. Desde hace siglos".
Hay lecturas clásicas que guardan tesoros y son para niños mayores. Una de ellas, para dejar un poco en paz a El principito (ampliamente recomendada también), es Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain. Si bien relata las peripecias de este niño que habita a orillas del Mississipi, se recomienda para los que tienen una edad mayor a 12 años, porque no todo es miel sobre hojuelas. Esta historia es capaz de tocar esa esencia infantil, pero también abrir heridas adultas y de ideologías que históricamente han pesado en el corazón de la humanidad.
Los libros basados en las relaciones epistolares son siempre una sorpresa. En este caso el libro Oona y Salinger, del escritor francés Frédéric Beigbeder, adereza esta historia de cartas con otros hechos que rozan la realidad y la ficción. La historia de esta pareja, ocurrida en el Nueva York de 1940, es motivo de un libro para este francés, un tanto atormentado y obsesionado por Oona O'Neill, y fascinado por el autor de El guardián entre el centeno.--