Comparten mujeres artistas sus experiencias desde lo colectivo
MORELIA, Mich., 13 de octubre de 2020.- La Décimo Cuarta Bienal Femsa presentó Construir una voz con historias. Una charla con y desde mujeres, donde tres artistas destacaron sus experiencias desde elementos como lo colectivo, la visibilidad de su trabajo, la voz, la cuerpa, y el propio lenguaje para nombrarse y nombrar el entorno.
Durante esta charla, donde fungió como moderadora la historiadora Rocío Corona, la artista y curadora Abril Zales expresó que es evidente que cada una de ellas habla desde sus propias experiencias de manera primaria, pero hay una responsabilidad de escuchar otras voces, a otras mujeres, otras geografías, que permitan complementar la propia información y lo que pone cada una en el trabajo, y con ello empezar a construir a través de esta pluralidad, y dar voz y visibilidad a quienes no la han tenido.
Por su parte, la escritora Isabel Zapata consideró importante darle voz a las voces que ya estaban opacadas por voces hegemónicas desde hace tiempo. Indicó que la capacidad que se tiene de contar historias y de levantar la voz, es algo en lo que va a insidir mucho, sobre todo a partir de esta pausa que trajo la pandemia, en el cambio que se ve muy claramente necesario hacer.
Dijo que se suele decir que determinada persona no tiene voz, sin embargo todas tienen voz, pero hay que ver a que voz de está privilegiado, a las patriarcales, la del dinero, las tienen cierto tipo de poder. Expuso que también se ha visto la tendencia de derribar ciertos monumentos y de cambiar nombres de calles, y cómo se empieza a nombrar el mundo.
La escritora señaló que a las mujeres se les ha dicho durante mucho tiempo que lo que sienten, lo que ven y lo que intuyen no es algo confiable, es un lenguaje que se ha repetido mucho, y se dice que son poco confiables en el instinto, en lo que se piensa, y esa es una manera de silenciar la voz, por ello es importante escuchar otras voces nuevas y escucharse entre ellas mismas; es un acto el de balancear la voz y el silencio, porque también es importante escucharse unas a otras, expresó.
A su vez, la artista multidisciplinaria Mónica Mayer, planteó que siempre ha oído sobre que la historia del feminismo ha sido blanca, de Estados Unidos, de Europa, y ella que andaba por ahí en los setentas, veía todo lo que pasaba, y veía a las feministas desde México, Angola, Cuba, con las chicanas y las negras en Estados Unidos, "todo esto lo veía y yo sabía que no era cierto, yo sabía que había un feminismo, que ahí estaba".
Hay un proceso de invisibilización, pero también procesos de auto invisibilización, dijo, e indicó que el feminismo es aprender a escuchar a las otras y tener una voz. Recordó que el ejercicio básico del feminismo fue desde un pequeño grupo, donde se sentaban sin ser juzgadas, si estar bien o mal, sino compartiendo la experiencia, que es una dinámica que se usa en muchas comunidades indígenas y se ha usado antes.
La maternidad no es lo mismo para una mujer que para otra, expresó y cuestionó cómo habría que hablarles a esas muchas voces, y cómo abrir espacios de esas muchas voces para hablar, por ello hicieron una manifestación que hablara de todas esas voces. Dijo que no fue a la manifestación del pasado 8 de marzo, pero le contaron que fue maravillosa, porque precisamente se oían las voces de los muchos feminismos que hay, y todas las posturas tan distintas que hay, lo cual es importante subrayar.
Habló de Archiva, Obras maestras del arte feminista en México, porque se ha hablado de los genios, de los artistas, pero no mucho de trabajo artístico de la mujer, por lo que se propuso hacer sus propias historias en una ficha que tiene 74 artistas mexicanas "que se asumen como feministas o han hecho trabajo feminista o por lo menos no tienen miedo de que les digan feministas, y están en esta archiva", indicó.
Esa parte es muy importante, resaltó el artista, "que la voz nadie nos la va a dar, la voz la tenemos que tomar, ni tampoco creamos que le tengamos que dar la voz a nadie; todas tenemos que tomar la voz, es responsabilidad de cada una de nosotras tomar la voz y hacerla valer".
Sobre cómo desde el trabajo se entiende la cuerpa, cómo se aproximan a esto, Abril Zales indicó que es complicado abordar el concepto por todo el conflicto que genera en términos de lenguaje; 'cuerpo' 'cuerpa' 'otres', y todos estos conceptos que pueden ser escandalosos para algunas personas.
Indicó que trabajar con la cuerpa significa hablar desde una misma como creadora, y se refirió a su proyecto, La Cresta, con un programa curatorial que aborda un interés de hablar desde el cuerpo, "desde una visibilización del cuerpo, queriendo generar una grieta donde no sea sólo yo la que hable de mi cuerpo, sino entrar en diálogo con otros artistas visuales, quienes también tienen un diálogo con su cuerpo, desde sus lugares".
La artista expresó tener un diálogo de mucho tiempo con su cuerpo, desde niña por sus actividades por su propio parto de sus dos hijos, al hacer danza contemporánea, y una mezcla de diálogos que ha tenido desde lo íntimo y personal, y ha sido muy nutritivo hablar con su cuerpa, conoce a su cuerpa.
Aclaró que hablar de cuerpo no significa su sexualizacion, es un espectros muy amplio, dijo, y justo ahí se ha nutrido el programa curatorial de La Cresta, buscando trabajo de otros artistas. Indicó que hablar de la cuerpa es resignificar el concepto de cuerpo, ese cajón en el que se tiene, y cuestionar desde el lenguaje es generar una ola.
Al respecto, Isabel Zapata expresó que en el ámbito editorial y literario, como escritora y editora, hay algo encontrado y doble porque la escritura es una labor muy solitaria pero al mismo tiempo es lo más comunitario que hay; "como escritora siempre entiendo que lo que hago, escribo, es para conversar, y también leo para conversar para mí, la literatura, una de sus principales funciones en mi vida, es justamente esta de generar conversaciones", expresó.
El oficio de la edición es colectivo, pero al mismo tiempo el quehacer literario es profundamente solitario, reiteró y dijo que en el tema del cuerpo, en el ámbito editorial existe ese trabajo colectivo, físico, porque en un libro se involucran muchas personas.
"Habrá que ver qué va a pasar con el contacto con el lector, que se hace en las ferias de libros, pasando la pandemia" dijo, y expresó que desde Antílope, la editorial que tienen, siempre cuestionan qué van a hacer para que los libros lleguen a los lectores y tener ese diálogo directo, "y ahí es donde yo pongo el cuerpo", expuso, esa es una cuestión física, porque ahí está en una feria,y va con la gente que lee sus libros.
En los talleres de escritura y maternidad, dijo, se han reunido mujeres para hablar de la transformación corporal que involucra a la maternidad y la manera en que lésta ha trastocado el cuerpo, de forma que no se había imaginado, "una cosa de un antes y un después, radical, sólo se entiende hasta que se vive".
En estos talleres, contó, le llamó la atención que en algunos de los ejercicios les proponía escribir la historia de sus partos, y le sorprendió la cantidad de mujeres que escribía que nunca lo habían platicado con nadie; "es una expresa tan fuerte, tan radical, tan transformadora, y a pesar de eso no se habla tanto como se debiera quizá, no se comparten las experiencias; sería enriquecedor entre unas y otras, y liberador, saber cómo lo vivieron".
"Yo no soy otra cosa más que mi cuerpo, no entiendo la vida más que desde mi cuerpo y lo que me pasa todos los días, y luego lo que pasa cuando salgo, que es lo que me llevan a distintas luchas", dijo Mónica Meyer, y en este sentido se refirió al hecho de salir a la calle y que la acosen, a salir y que por su cuerpo sea tratada como 'viejita', y se asuma que tiene un determinado tipo de vida, es como una discriminación.
La artista señaló que se dedica al performance, y desde ahí ha sido interesante, ha sido de gran beneficio para visibilizar a las artistas, porque ahí están con su cuerpo y no se pueden borrar, "con nuestra edad, con nuestro peso, y con lo que sea. Con un cuadro sí pueden, nos pueden borrar por completo si no pusimos el nombre completo, o atribuirlo a alguien más, lo que ha pasado lo largo de la historia".