Lucha Nurio por preservar el maíz en la región tras perder su templo
MORELIA, Mich., 6 de agosto de 2024.- La resistencia cultural e ideológica es una de las características de los pueblos originarios en México. El caso de Nurio sobresale que además sobreponerse a la pérdida de uno de sus templos importantes, como es el de Santiago Apóstol, que se consumió en un incendio, luchan para preservar el maíz de su región como fuente de alimentación.
En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas que se conmemora cada 9 de agosto, y en el Segundo Encuentro de Guardianes del Patrimonio Cultural, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y que llevó por título Expresiones de la diversidad cultural y biocultural: lengua, oficios artesanales, milpa, cocina tradicional, música, se presentaron los comuneros de Nurio para relatar cómo han vivido la experiencia de la protección de su patrimonio cultural donde lleva la importancia el maíz.
Ante los presentes, y tras la introducción que realizó Marco Antonio Rodríguez, director del Centro INAH Michoacán, Octavio Ignacio, líder natural de la comunidad, expuso que han estrechado lazos de amistad y de colaboración en distintos aspectos, principalmente en los que tuvieron que ver con este proceso de restauración que se vive ahora en la comunidad con respecto al templo de Santiago Apóstol.
Esta fue una situación que sufrió la comunidad, reconoció el líder, es un momento pensaron que se perdería todo, sin embargo, gracias al apoyo de instituciones supieron que podrían recuperar parte de lo perdido, y se generó una unión muy conmovedora en la comunidad, "fue algo muy lamentable, algo que sacudió a la comunidad y que nos hizo reflexionar sobre la importancia de organizarnos mejor para en un futuro poder tener mejor previsión para contener este tipo de situaciones".
Nurio, aseguró Octavio Ignacio, es una comunidad que se ha distinguido por resistir al exterminio ideológico y cultural, el cual se propicia, dijo, "desde lo que conocimos en algún momento como el sistema neoliberal, si vale utilizar este término, una palabra que no existía en nuestro vocabulario, pero vivíamos consecuencias de ese sistema".
Está comunidad, prosiguió Octavio Ignacio, ha resistido y ha vivido épocas fuertes en el sentido de luchar por mantener la propiedad de la tierra, la cual "venía siendo enajenada, debemos comentarlo o decirlo, con la anuencia importante del clero así conocido, sucedía que la enajenación de tierras se daban a través de celebraciones que se tenían que hacer alrededor de lo que nosotros estábamos viviendo como una conquista espiritual, de ahí que llegó el momento en que la comunidad ya no tenía tierras para hacer su labor, para producir el maíz, el alimento que se consumía".
Entonces se venía generando una explotación implemente en contra de los habitantes de esta comunidad, expresó, y fue la capacidad de rebelarse, de reflexionar y de reunirse para hablar de esta situación, que se gestó por la inquietud de luchar por la recuperación de las tierras de cultivo lo cual resultó una etapa complicada, reconoció, porque sufrieron muchos abusos del poder económico y político que se colisionaban para reprimir esta intención de recuperación.
Los abuelos les narraban que en esta etapa tenían que vivir escondidos y alejarse de la casa para dormir en el campo, siempre al pendiente de las incursiones que hacía la fuerza pública, la cual estaba vendida a quienes la podían pagar. Fueron sucesos que vivieron y que conocieron a través de sus testimonios orales, expresó.
Esta comunidad tiene también, dijo, una historia reciente de organización, de lucha por defender todavía el territorio, "por contener, como ya se mencionó, la expansión de un cultivo que hoy está de moda. Nurio es de las pocas comunidades en la meseta purépecha que no consiente el cultivo del aguacate, que está en resistencia, que se defiende, que en las asambleas acuerda y determina no permitir la expansión del cultivo del aguacate", indicó.
Y esto significa no enajenar sus tierras a agricultores pudientes y conservar el cultivo del maíz, lo más de acuerdo a lo natural posible, por ello evitan el uso de herbicidas y otros productos químicos que dañan a la Madre Tierra.
Por eso acuden dijo para buscar cómo defender más allá de sus posibilidades al maíz, a la mazorca en este caso, "de un tiempo para acá se acordó separar un poco la celebración que por motivos religiosos se tiene en una fecha, y priorizar lo cultural, lo que nos une, lo que verdaderamente nos une y es el maíz que es común a todos, y que es esa fuente de alimentación y de vida que nosotros conocemos".
Por todo esto, explicó, es que ya inició la etapa en la que se celebra lo que se conoce como la Feria de la Mazorca, que tiene que ver con impulsar el cultivo del maíz nativo o criollo como lo conocen, "que se respeten las semillas nativas y de que no se contamine con otro tipo de semillas no propias de la región o de la comunidad. En ese sentido, estamos viviendo en resistencia en favor de conservar el origen natural del maíz", aseveró.