Leonora es un acto de amor y un homenaje a la vida: Elena Poniatowska
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de abril de 2017.- “Cuando le pregunté a Leonora si Max Ernst había sido su gran amor, respondió que cada amor era distinto; cuando le comenté que su matrimonio con Renato Leduc fue sólo por conveniencia, respondió: ‘Bueno, tampoco’. A Renato Leduc, le debemos el privilegio de la presencia de Leonora en México, un regalo suntuoso que agradecemos desde el fondo del corazón”, dice Elena Poniatowska hablando de la gran pintora inglesa.
“Leonora es un acto de amor y un homenaje a la vida y a la obra de esta mujer que ha hechizado a México con sus colores, sus palabras, sus delirios, sus arranques. Pudo vivir en Inglaterra, su país de origen, en los Estados Unidos, en Francia o en España, pero es un privilegio saber que una artista de su talla haya decidido ser mexicana”, señala Poniatowska.
Según un comunicado, para la autora, Carrington “trajo a nuestro país todos los recuerdos de sus vidas anteriores, todos los paisajes, todas las verduras que en México no se comían como los salsifis, las endivias, las alcachofas; los caminos baja las acacias. Trajo a Simone Martini, a Piero de la Francesca, al Bosco, a Grunewald y a lo más valioso de todo, ella misma, fuente de creatividad y de valor humano”.
En Leonora, Poniatowska retrata la turbulenta vida de la pintora inglesa, quien “a lo largo de los años convirtió su casa en la calle de Chihuahua en la colonia Roma en una central de energía, una piedra imán. El té de Leonora, un filtro amoroso, un vuelve a la vida, fue parte de su esencia inglesa e irlandesa. Célebre en la galería de Inés Amor, en la de Antonio Souza, en la de Natalia Zaharías, Leonora conoció el reconocimiento internacional muy tarde porque siempre se encerró con sus hijos y su pintura hasta que la invadió la celebridad del mundo entero. Hoy le rinden homenajes en universidades y auditorios culturales”, culmina Elena Poniatowska.
Elena Poniatowska. Nació en París en 1932, pero con tan sólo nueve años se trasladó a México. Su carrera se inició en el ejercicio del periodismo. Por esta labor se le entregó en 1978 el Premio Nacional de Periodismo en México. Ha sido nombrada doctor honoris causa por ocho universidades y galardonada con el Premio Nacional de Lingüística y Literatura en 2002. Entre sus novelas destacan: Lilus Kikus (1954), Hasta no verte Jesús mío (1969), Premio Mazatlán, La noche de Tlatelolco (1971), Premio Xavier Villaurrutia, Querido Diego, te abraza Quiela (1978), La Flor de Lis (1988), Tinísima (1992), Premio Mazatlán, La piel del cielo (2001), Premio Alfaguara, El tren pasa primero (2007), Premio Rómulo Gallegos, El universo o nada (2014), Dos veces única (2015), Las indómitas (2016). También ha escrito cuentos, reunidos en De noche vienes (1979) y Tlapalería (2003), libros de entrevistas, ensayos y crónicas. Su obra ha sido traducida a más de una decena de idiomas y su trayectoria como periodista y escritora ha sido reconocida con múltiples premios nacionales e internacionales. En 2013 se le concedió el Premio Cervantes.