La pirekua no está en decadencia, se adapta a la tecnología: músicos
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PÁTZCUARO, Mich., 29 de mayo de 2022.- En las pirekuas, el arte musical de los purépechas, predomina el tema amoroso, destacan las metáforas con que a la mujer se le equipara con las flores; se trata de un canto de amor y desamor, de afectos y pasiones, de nostalgia; pero también, de acontecimientos, de ecología, de la vida de personajes, dice Néstor Dimas Huacuz, investigador y músico, al participar en el encuentro convocado por el Grupo Kuanis, de estudiosos del pueblo purépecha.
En la mesa de trabajo del grupo, que está por cumplir su primer cuarto de siglo, también se dieron cita, el compositor y escritor Ismael García Marcelino, y los jóvenes músicos Julián García y Juan Zacarías, quienes desde sus distintas experiencias coincidieron en señalar que la pirekua no está en decadencia, sino que, como todo producto cultural, se mantiene dinámica, incorporando y adaptándose a los novedosos dispositivos tecnológicos.
En el ameno e informado repaso de la vida y obra de muchos compositores que marcaron la historia musical de los últimos 100 años, Juan Zacarías recordó que la historia del siglo anterior y lo que va del presente, es relativamente fácil de recuperar, pero que no hay muchos elementos, ni investigadores, ni instituciones tratando de desentrañar la trayectoria de los siglos anteriores, además de una cierta problemática por aquello de los derechos de autor, pues en estricto sentido, para piezas muy cobijadas socialmente, como Flor de Canela, es difícil saber a quién pertenecen, o reconocer que, al fin de cuentas, son de todos.
Ha nacido un triste volcán
Siendo la pirekua sentimiento y crónica, aquí algunas de sus letras. Como canto de amor a la mujer. “Lucecita, florecita hermosa./ Tú eres la más bonita./ Digan lo que digan, no te dejaré./ Porque tú eres mi amor y mi pensamiento,/ porque tú eres y serás, mi verdadero amor.”
El canto purépecha como crónica del nacimiento del Paricutín. “El 23 de febrero del año 43, hay que fecha tan señalada,/ ha nacido un triste volcán./ Dios mío, o será castigo o será desgracia lo que nos pasó./ Las piedras se venían rodando por ese pueblito del Paricutín./ En la resinera de Uruapan ya no querían trabajar,/ paralizaron los trabajos por la novedad del volcán./ Las muchachas de Charapan, Angahuan y de San Juan,/ se le hincaban al Santo Cristo, a ver si alcanzaban perdón./ Un geólogo mexicano nos aseguraba la vida: señores no pasa nada, regresen a su lugar.”
La pirekua como testimonio de la tragedia ambiental, como dice el Canto del Lago a Yunuen. “Ay que lástima me da verte así, Yunuencita,/ soy el lago que ha de morir mañana./ Tal vez mañana amaneciendo el sol,/ no tenga donde reflejar su luz./ Ya no hay peces y las garzas se van, Yunuencita./ Ya los patos volando dan su adiós./ Se acabó el Janitzio que era un poema./ En el monte murió canela y flor./ Lo que yo siento en el alma es que, cuando muera,/ sin remedio, rumbo al norte todos van a emigrar.”
Para Néstor Dimas, es necesario que Gobierno, instituciones, artistas e interesados, estructuren un grupo interdisciplinario que contribuya al registro de las diversas expresiones artísticas por región, pues aún no se cuenta con un inventario de piezas y compositores, no obstante, el ruido que se ha hecho de la pirekua como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. De cualquier forma, considera que mientras se siga enseñando el arte musical a los niños y los jóvenes sigan gozando de su música, la pirekua tendrá larga vida asegurada.