El libro: su historia y evolución poco contada
MORELIA, Mich., 23 de abril de 2024.- Los libros son universos con múltiples aplicaciones, pueden ser educativos, pueden ser informativos, pero también cuentan historias. El origen del libro es una historia en sí, una que vale la pena recordar en el marco del Día Mundial del Libro, que recae el 23 de abril, fecha que la Unesco eligió y donde también metió a los derechos de autor.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco por las siglas en inglés), un libro, en términos generales, está definido como una publicación impresa no periódica, que por lo mínimo debe tener 49 páginas sin incluir portadas, y que el público tenga acceso a la edición.
En información de la plataforma dical.es, se puede encontrar el origen del libro en aquella histórica región ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates, es decir, la antigua Mesopotamia, donde los sumerios utilizaban distintos soportes como tablillas de arcilla, marfil, madera o algún otro material para llevar a cabo la escritura.
En ese camino evolutivo del libro, la historia traslada a Egipto, donde el soporte para la escritura fue el papiro y -se cree- se utilizó por primera vez la tinta. Esta forma de rollo de papiro se utilizaría por mucho tiempo, y de acuerdo al sitio antes mencionado, puede considerarse la segunda forma del libro en la historia.
El uso del papiro se extendió. En Grecia lo utilizaban y también llegó a Roma, y con ello se fortaleció la transmisión de conocimiento a través de soportes, ya que hasta entonces solo se hacía de manera oral.
También los discursos, los poemas, las enseñanzas de los filósofos, tuvieron mayor impacto y para todo ello el papiro fue fundamental.
En Roma, el libro sufrió una nueva revolución. Comenzó a decaer el uso del papiro, ya que comenzó a ser sustituido por el códice de pergamino, esto porque en la práctica resultaba tener una ventaja mayor: se podía escribir en ambas caras.
Donde coinciden muchos investigadores y plataformas históricas, es en la importancia y delimitación que tuvo el libro como hoy conocemos, en el periodo de la Edad Media. Para algunos, el primer libro impreso resultó ser La Biblia de 1440 o 1454, del inventor alemán de la imprenta, Johannes Gutenberg, aunque la impresión por tipos móviles tuvo un precedente: la técnica xilográfica que utilizaron los chinos.
Así que con esta técnica, el primer libro impreso de la historia podría haber sido El sutra del diamante, realizado en China en el año 868. Es el texto más antiguo conservado hasta nuestros días.
Merecería un capítulo especial hablar de la Edad Media y los libros, del gran poder que ejerció la Iglesia Católica para resguardarlos en abadías y monasterios, lo que significó para muchos un periodo oscuro en cuanto al conocimiento.
También hay que hacer una mención del gran acervo de libros que tiene la Biblioteca Pública Universitaria de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), que se ubica en el histórico edificio que antes era la antigua iglesia de la Compañía de Jesús.
La mención es porque en ese lugar se encuentra una parte importante del acervo bibliográfico de los jesuitas, es decir, de la orden religiosa de la Compañía de Jesús, cuyo valor histórico es incalculable. Es un acervo que llegó tras la salida de los jesuitas de México en 1767, lo que convierte a la Biblioteca Pública Universitaria en una de las más importantes en México por su Fondo Antiguo.
Como dato curioso, la UNESCO decidió nombrar el 23 de abril como el Día Mundial del Libro, básicamente por dos (o tres) circunstancias unidas por una casualidad. El 23 de abril de 1616 murió William Shakespeare, considerado el escritor más importante de la lengua inglesa, y unas horas antes, falleció Miguel de Cervantes Saavedra, considerado uno de los escritores más importantes de la lengua española. Además, también falleció Inca Garcilaso de la Vega, considerado como unos grandes del siglo de oro de la literatura española.