El arte de no moverse
MORELIA, Mich., 18 de febrero de 2018.- José Luis es una estatua viviente. Llega a la Plaza de Armas en el Centro Histórico de Morelia cargado de cosas, todas ellas para poder hacer su trabajo: mantenerse inmóvil por horas para simular ser una escultura humana, un minero. Ya llega con su atuendo y pintado en color plata, de pies a cabeza. El sol pega fuerte y y la estatua no se inmuta, ese es su modo de vida desde hace diez años. “En México tiene pocos años” asegura mientras prepara sus herramientas. “Un poco más de una década que empezó a surgir este arte”, completa.
Dice a Quadratín que en Estados Unidos es muy común “ver este arte en las grandes ciudades de Europa, en España, en la Ramblas de Barcelona”. Dice ser pionero de esta actividad en el país, inició hace más de 10 años, “de hecho yo ya recorrí toda la República Mexicana y fui de los primeros en hacer este arte en muchas ciudades, fui el primero en llegar al estado de Chiapas, recorrí todas sus ciudades, igual que Sonora, Guerrero… todo México”, cuenta.
José Luis dice que la gente lo ve y hay algunos que sí valoran lo que hace, “hay otros que pasan y solo dicen ‘es un mono pintado’, hay diferentes opiniones es algo muy difícil cuando nosotros hacemos esto, mínimo nos llevamos cinco horas, yo me he aventado de 10 a 12 horas lo máximo, y tienes que aguantar el clima, estoy hablando del calor, la lluvia; te mojas, luego te vuelves a poner en el sol, te enfermas, el calor más que nada”, se queja.
Asegura que es un esfuerzo muy grande, sobre todo por el cansancio en los pies, “hay que estar parado mucho tiempo sobre una base y dejas muchas cosas, tienes que venir preparado, llegar comido, si vas a viajar tienes que dejar a tu casa sola, a tu familia, en mi caso me dedico a viajar”, expresa el hombre de 34 años quien dice tener dos hijos menores de cuatro años, ya está separado.
También dice tener una carrera trunca en ingeniería en sistemas, “me falta poco para terminar… aquí hay ocasiones que me va bien y otras que me va mal”, atina a decir. Explica que la mejor temporada son las vacaciones y puentes, “sale para cubrir tus gastos, hotel, comida, y te sirve para guardar. No puedo decirte cuánto pero sí te alcanza”. Asegura que a veces sale nada más “para los gastos”.
El maquillarse ya le lleva solamente 15 minutos pero en hacer un personaje puede tardar hasta tres días, “hay que arreglar la ropa, buscar los materiales”, señala.
Originario de Guadalajara Jalisco, José Luis espone que unos transformers que suelen estar en el centro histórico son de él, “hacemos los robots, es un Transformer” dice mientras señala un amasijo de cosas todas pintadas en color metálico. “Hace un año tenía un amarillo, lo traía yo. Ese para ponérselo se tarda uno como 20 minutos y es más complicado porque la persona está encerrada y únicamente tiene de vista esto” dice marcando un espacio con sus manos, “reduce la mirada, es más pesado, casi no puede moverse y es más difícil cuando nos tocan lugares más calurosos como Villahermosa o Sonora, son muy extremos, pero en esos lugares también nos va bien porque la gente casi no ve esto”, indica.
Lo que más cuesta hacer en esta actividad es llegar a lugares donde hay mucha gente, y piensa que le va a ir bien, “voy a ser una atracción y es todo lo contrario, te decepcionas, te va mal y la gente no apoya, eso es lo más, porque son decepciones que luego no tienes ni para moverte a otro lado”, expresa. Pero no es todo: “también te decepcionan los comentarios de la gente, pero uno tiene que ser fuerte. Hay gente que pasa y hace comentarios despectivos, te hacen sentir mal, que somos limosneros, que somos huevones, yo por ejemplo aquí duro de las dos hasta la noche y en pleno sol, la gente no valora el esfuerzo, no estoy pidiendo que al ponerme me vean y me den dinero, más que nada que valoren mi trabajo. Yo valoro el trabajo de otras personas. Los comentarios a veces te bajan la moral, pero también hay gente que llega y pide fotos; sí les gusta”, concluye.