Don Vasco de Quiroga, marca histórica imborrable para Michoacán
MORELIA, Mich., 14 de marzo de 2019.- La figura de don Vasco de Quiroga significó una marca histórica imborrable para Michoacán en materia educativa, evangélica, de desarrollo y crecimiento para la entidad.
Madrigal de las Altas Torres, en España, lo vio nacer en 1470; llega a México en 1538 cuando recibe de Fray Juan de Zumárraga las órdenes de Obispo, pero llega como licenciado en Derecho Canónico, llevando juicios en España, recuerda Iván Mota, cronista histórico de Morelia.
Su meta al llegar a México fue acabar con los abusos de los cuales los indígenas eran presa por Nuño de Guzmán.
“Llega a México ante la necesidad que había de parar los abusos de Nuño de Guzmán en la Nueva España; don Vasco de Quiroga se ve comprometido con la Corona de España para tomar los hábitos como Obispo y empezar a pacificar a Michoacán”.
Entre sus primeros logros al llegar a tierra mexicana fue la fundación del Colegio de Santa Fe; de ahí ya como obispo llega a Guayangareo (hoy Morelia), con las facilidades de que establezca la iglesia Catedral y proceder con la evangelización, que era su encomienda, por lo que elige Tzintzuntzan, pero no encuentra un terreno apto y no fue propicio para la catedral, y después intentó en Pátzcuaro.
A pesar de considerar propicio el terreno, no se le permitió debido a que consideraban que su cercanía con el entonces extenso lago impediría su edificación, por lo que tampoco se dio en Pátzcuaro.
“El dictamen le fue desfavorable para don Vasco de Quiroga porque se decía que no era conveniente que la Catedral se ubicara tan cerca del Lago de Pátzcuaro, pues en aquel entonces llegaba muy cerca de la hoy Basílica de Nuestra Señora de La Salud, pero con el tiempo se fue alejando, aunque los cimientos si eran aptos para sostener las naves pero no prosperó”.
Otro logro suyo fue la fundación del Hospital en Santa Fe de la Laguna, que surgió como espacio para evangelizar y enseñar oficios.
“En el Colegio de San Nicolás que fundó en 1540 solo se daba educación a los españoles e incluso los religiosos que se formaban en estos espacios tenían que comprobar que su sangre era pura y no tenían ninguna otra ascendencia que no fuera la española; en su testamento estableció que todos los indígenas que colaboraron en la construcción de la Catedral y de muchos templos recibieran educación gratuita de por vida y es como ahora conocemos que en el Colegio la educación no se cobra”.
Su legado sigue vigente, pese a que en algunas zonas la llegada de la modernidad, el ingreso de nuevos usos y costumbres y migración han provocado algunos cambios y que casi se olviden las enseñanzas que este ilustre personaje dio a los ciudadanos.
“La comunidades en las que todavía se guardan las tradiciones y se habla el purépecha se le guarda un gran respeto y se le venera como un tata, aunque en otras se ha perdido con la modernidad y porque otras generaciones emigran a Estados Unidos y regresan con otro estilo de vida”.
Patamban, Ocumicho, Aranza, Pátzcuaro, San Jerónimo Purenchécuaro son los lugares en los que el legado sigue muy vigente y se le recuerda con orgullo y honor.
Vasco de Quiroga les enseñó a los indígenas a perfeccionar la elaboración de sus artesanías, les inculcó la religión católica y el bautizo, por lo que se ganó su confianza y son los que siguen su legado en todos los ámbitos.
Murió un 14 de marzo de 1565 de causas naturales, según el cronista, por lo que este jueves se cumplen ya 454 años de su deceso.
“Don Vasco de Quiroga murió el 14 de marzo de 1565 caminando entre platanares y plantas de coco; fue un hombre incansable que viajó por toda la Sierra Michoacana llevando la palabra de Dios”.