Disfrutaron 400 infantes de narraciones escénicas
MORELIA, Mich., 7 de diciembre de 2018.- Hasta el pasado 30 de noviembre, más de 400 infantes disfrutaron en 12 funciones, la narración oral escénica sonora de la obra Érase una vez una niña que corría con su caballo: Cuentos y leyendas de las abuelas purépechas, trabajo realizado por la organización civil EnraizArte. Colectivo para la Educación a través de las Artes y por el Arte, y financiado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).
El trabajo escénico, que estuvo dirigido a niños de origen purépecha, se presentó en doce escuelas primarias indígenas de las comunidades de Jarácuaro, Ihuatzio, Santa Fe de la Laguna, Uricho, Cuanajo, Pichátaro, Parácuaro, Tzurumútaro, Cucuchucho, Ojo de agua, Santiago Azajo y Zipiajo.
Más de 400 niños formaron parte del público que disfrutó de la obra, la cual está integrada por trece relatos que surgieron del recuerdo de un sonido de las abuelas purépechas. Son historias ricas en contenido simbólico y cultural.
Fernando Recio, integrante de la organización EnraizArte y quien estuvo a cargo de la construcción sonora y ejecución en vivo de instrumentos musicales, indicó que compartir esta experiencia escénica musical con los niños purépecha "es muy motivante porque las niñas y los niños están muy interesados en su cultura", sin embargo existen pocos espacios, dijo, para que puedan acercarse a ella, y las funciones de esta obra fueron una oportunidad para hacerlo.
Cabe mencionar que autoridades escolares de la escuelas pertenecientes a las comunidades descritas anteriormente, le han solicitado al grupo teatral que mantengan presencia, para que los infantespuedan acceder a este tipo de obras tan importantes porque enriquecen la cultura purépecha.
En referencia, la socióloga, narradora y responsable del proyecto, Gabriela Mier Martínez, manifestó que todo tiene como origen un proyecto del 2013 llamado Cantadoras, entre quiringuas y adagios, en el cual donde se registraron 13 relatos de mujeres purépechas mayores de 60 años, quienes compartieron relatos, historias, cuentos y leyendas que nacieron del recuerdo de un sonido, es decir, de su universo sonoro.
A partir de ese recuerdo y de estar conectadas a través de alguno de los elementos de la naturaleza como el agua, el fuego, el aire y la tierra, dijo, fue que surgieron estos relatos de manera espontánea.