Demandan apoyos a museos comunitarios
![](https://www.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2022/05/Manuel-Sosa-investigador-del-Colegio-de-Michoacan-1160x700.jpg)
URUAPAN, Mich., 18 de mayo de 2022.- Nulo apoyo a museos comunitarios en el Estado, mientras que, en los últimos años, se desperdiciaron decenas de millones de pesos en proyectos como el Centro de Interpretación de la Ruta Don Vasco, convertido en oficina de turismo regional de Pátzcuaro, muy alejado de su objetivo original.
A propósito del Día Internacional de los Museos, bajo el lema: El Poder de los Museos, en entrevista con Quadratín, Manuel Sosa, investigador del Colegio de Michoacán (Colmich) y principal promotor del museo comunitario de Angahuan, lamenta que, a 15 meses de inaugurado, el sitio no cuente ni con recursos de fondos comunitarios del muy cacareado presupuesto directo, ni menos aún de los tres niveles de gobierno, a pesar del potente acervo de cerca de 500 piezas arqueológicas, recursos textiles, fotográficos, bibliográficos y otros, que dan cuenta del pasado más remoto, como de acontecimientos significativos como la erupción del volcán Paricutín y la evolución de la indumentaria de esta comunidad purépecha.
El Consejo Internacional de los Museos que celebra desde hace 45 años este Día Mundial, ha llamado a reflexionar sobre el poder transformador y la importancia que estos recintos tienen, desde el Louvre hasta el modesto de Angahuan, para el intercambio y enriquecimiento cultural y, en todo caso, para despertar y fortalecer el espíritu de comunidad a través de su fuerza educativa y formativa.
El museo de esta comunidad anexa de Uruapan, se inauguró en febrero de 2021, bajo el nombre purépecha de Kutsiküa Arhákuchari K´umánchikua, la Casa de los Orejas Partidas, que a decir del especialista del Colmich, serían “nuestros antepasados más remotos”, es decir, incluso previos a la expansión del clan Uacúsecha, que a la postre resultaría en la cultura purépecha.
Interrogado sobre los recursos públicos con que cuenta el museo, sean comunitarios o de otros niveles de gobierno, señala con cierta amargura que les han dado “nada, nada, nada”. Pero, para consuelo, sabe que ningún museo comunitario es apoyado como se merece.
Incluso, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), solo envío a alguien a fotografiar las piezas, y nunca más regresó para darles alguna constancia del resguardo, porque en la Casa de las Orejas Partidas, han querido llevar la cosa por la ley.
Las autoridades comunitarias, dice el investigador del Colmich, “nunca han hecho suyo el proyecto”, sino que, como buenos aprendices, solo acuden a la inauguración, conferencias y talleres, nada más para “tomarse la foto y pronunciar algunas palabras”.
Después de que a Angahuan le fue aprobado el presupuesto directo, menos pensaron en presentar propuestas de apoyo en otros niveles, por lo que el promotor deposita su fe en el encargado de turismo y cultura del Consejo Comunal, que ya visitó el espacio museístico; y también sueña con hacer realidad un par de becarios del programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro, porque de otra manera, como ahora, y solo con el respaldo de su familia, la Casa de las Orejas Partidas solo abre en domingos.
En lo personal, el investigador no se siente decepcionado, pero sí cree que la respuesta institucional y comunal están lejos de como las imaginó en el principio. Pero no importa, porque “cuando uno hace las cosas de corazón, con pasión… algún día tu modesto legado podrá valorarse”, dice, y está convencido de que el resguardo, estudio y difusión de todo lo que “nos habla desde el más lejano pasado”, debe resguardarse para las futuras generaciones.