Buscando el tesoro perdido en el Clavijero podría ser permanente
MORELIA, Mich., 10 de agosto de 2018.- Este fin de semana concluyó la actividad Buscando el Tesoro Perdido en el Clavijero, como parte de la promoción de verano 2018 del Centro Cultural Clavijero (CCC). Tuvo tan buen impacto que existe la posibilidad de mantenerla de manera permanente, manifestó Alejandro Sosa, coordinador del proyecto.
Esta actividad, impulsada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum), la Red de Museos Michoacanos, y el propio Clavijero, inició el pasado 15 de julio y tenía como meta para los niños inscritos, el poder encontrar 10 pistas escondidas en el Palacio Clavijero, y contestar la misma cantidad de preguntas.
Durante tres semanas, entre 160 y 180 niños de edades que oscilaban los 6 y 13 años de edad, participaron en esta actividad donde tenían que recibir una hoja en la recepción del CCC. En dicha hoja se encontraba un mapa diseñado por el artista Toño Bárcena, donde se señalaban 10 casillas y las instrucciones para hacer el recorrido
Al encontrar las casillas, el niño participante obtenía una respuesta para el cuestionario que estaba detrás del mapa. Una vez completadas todas las respuestas en un tiempo no mayor a 30 minutos, el reto se cumplía de manera exitosa, y el niño debía entregar el mapa contestado, el cual sería revisado por personal del área de Servicios Educativos en recepción de Clavijero.
Una vez concluido esto, se sellaba el carnet a los niños asistentes. Cabe señalar que al reunir tres sellos de distintos museos los niños se hacían acreedores a un premio otorgado por parte del museo.
Los premios recibidos por los niños fueron boletos de entrada gratis al Zoológico de Morelia, valido para cualquier fecha del año en curso; una libreta de tareas para niños; una selección de postales y folletos de actividades y exposiciones de CCC; y un juguete artesanal de Michoacán.
Cabe informar que entre los niños participantes, un aproximado de 50 de ellos se encontraba de vacaciones en la ciudad de Morelia, y procedían del interior del país y del extranjero, mientras que el resto, un aproximado de 130, provenían de distintas partes del estado de Michoacán.