Nicolás Copérnico contradijo a Dios
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de marzo de 2016.- Cuando el último y principal libro de Copérnico (1473-1543), De Revolutionibus Orbium Coelestium (Sobre el movimiento de las esferas celestiales) fue condenado al oscurantismo, habían pasado 73 años de la muerte del astrónomo. “Necia y absurda en el aspecto filosófico” y también “herética” por contradecir “las máximas de la Sagrada Escritura” fue como calificó la Santa Inquisición la trascendental tesis que afirmaba que el Sol era el centro del universo y que se trataba de un astro inmóvil exteriormente, según publica el diario Excélsior.
De su segunda tesis, en la que sostenía que la Tierra no es el centro del universo ni es inmóvil, el Santo Oficio determinó que era errónea en las cuestiones de fe y que debía ser censurada. Era 1616 cuando se consumó uno de los episodios más penosos de intolerancia clerical. El 5 de marzo de hace 400 años aparecía publicado el decreto en el que la obra de Copérnico se anexaba como prohibida alIndex Librorum Prohibitorum et Expurgatorum hasta que fuera “corregida” y se prohibía a otro astrónomo, Galileo (1564-1642), “sostener” y “defender” la teoría heliocéntrica del polaco.
Copérnico no sólo estaba ofreciendo una nueva forma de entender el universo sino que contradecía la idea del hombre y de Dios que la Iglesia había defendido por más de mil años. Es más, la trascendencia de sus observaciones, afirma Tonatiuh Matos Chassin, investigador del Centro de investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, “no sólo cambió la concepción del universo; nos cambió totalmente la manera de vivir”.