En riesgo de perderse tradición de más de 70 años en Tzintzuntzan
MORELIA, Mich., 22 de diciembre de 2011.- Una tradición de más de 70 años está a punto de desaparecer en Michoacán. Tzintzuntzan, municipio ubicado a 53 kilómetros de la capital del estado se ha distinguido de los 113 municipios de la entidad por la elaboración de bastones, campanas, tortilleros, sombreros, sopladores, petates, alfombras, y demás artesanías en base de la palma y popotillo, sin embargo, esta actividad comercial la ha frenado la falta de mercado para ofertarlos, el aumento del precio de los insumos, la reventa, la proliferación de comerciantes y el desinterés de la juventud por aprender esta herencia familiar son algunos de los factores.En el mercado de artesanías de esta localidad, a partir del mes de septiembre, Oralia Lucas Esquivel junto con su hija salen de la comunidad de Tarerio a Tzintzuntzan para vender sus productos, los cuales elabora en compañía de su esposo y sus cinco hijos.Con 37 años de edad y casada con Rodolfo Hipólito Pérez, detalla que su esposo se dedica a la pesca y elaboración de artesanía, ésta última actividad la realiza sólo dos veces al año; en diciembre y Semana Santa. “Hacemos campana navideña de tres tipos de tamaño; de las grandes hacemos cinco, de la mediana hacemos 10 y de la chica hacemos 15, expresa sentada a un costado de sus mercancías.“Antes nos pagaban 12 pesos por nuestras artesanías y este año, nos llegaron a pagar solo 8 pesos. Nos afecta porque en vez de subir el precio de nuestra mercancía baja y el material que compramos cada vez es más caro y no sacamos ganancias”, precisa.De tez morena y con sudor en la frente Lucas Esquivel señala que su madre le enseñó a realizar diferentes artesanías “ella trabajó desde chica. Así crecí y así crecimos todos trabajando y de esta actividad nos mantenemos. A mis hijas les enseñé lo que aprendí de mi madre”.Al ser cuestionada sobre la producción de artesanías en base a la palma y el popotillo, reconoció que el número de artesanías ha disminuido en la localidad.-¿A qué cree que se deba esto?-No sé. A lo mejor porque hay mucha competencia. Ha bajado mucho la producción por que antes vendíamos 300 productos y ahora apenas acomodamos 50. Además, en otras partes se están enseñando a producir nuestras artesanías y tal vez por eso disminuyó nuestra venta.“Yo les pediría a las personas a que vengan a comprar nuestros productos para que no nada más los que nos compran aquí tengan ventas sino también nosotros los que trabajamos tengamos otro tipo de vida”, menciona Lucas Esquivel.Por último sostiene que “antes, todo el rancho se dedicaba a realizar artesanías, ahora, sólo unos cuantos lo hacen. La tradición se ha ido perdiendo”.A unos 20 minutos del municipio se encuentra la comunidad de Tarerío que significa: “lugares de las serpientes”. El acceso a la comunidad es difícil.Con una panorámica espectacular al Lago de Pátzcuaro y a escasos metros del mismo, se encuentra la vivienda de Rogelio Lucas Esquivel, hermano de Oralia, que a diferencia de ella, él, tiene más tiempo dedicado a la elaboración de artesanías.En más de 30 minutos, de manera detalla y concisa explica la forma de cómo elaborar una campaña navideña.