Tras bambalinas/Jorge Octavio Ochoa
TRAS BAMBALINAS.- Servilismo, oportunismo, cobardía tienen un color: NARANJA
Con la velocidad de un rayo, el triunfo de Andrés Manuel López Obrador el pasado 1o de Julio se ha convertido en una asunción acelerada del poder al que todos los demás Poderes se van plegando, como palmeras que se inclinan ante el paso del huracán.
Detrás de los gobernadores de todos los partidos, de los empresarios y de la prensa mal llamada "nacional", ahora son los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) los que, de noche y sin mucho escándalo, también se plegaron a los deseos del futuro mandatario.
Sin chistar, anunciaron un programa de ajuste presupuestal que, sin recortar sus jugosos salarios, al menos reduce el mundo de privilegios en que viven los presuntos garantes de la justicia y de la ley.
Como regalo adicional, los magistrados electorales anularán la multa a MORENA por simular con dádivas miserables de 2 mil 500 pesos para damnificados de los sismos que lo perdieron todo, a través de una Fundación caritativa.
Todo está bien, si en el fondo del debate está el poner fin a los abusos, a la corrupción, al uso abusivo de los recursos de la nación para saciar los caprichos y ambiciones de una élite que durante generaciones se cebó con los mexicanos y condenó a más de la mitad a la pobreza.
Incluso se justifica el mensaje oportunista de algunos empresarios que admitieron "México votó por el cambio" y se plegaron al nuevo gobernante, o el encuentro de José Antonio Meade con López Obrador como muestra de urbanidad política y reconciliación nacional.
Sí, todo eso se acepta porque, nos guste o no, fue un alud de votos, que dio un triunfo sin parangón a MORENA, que le da mayoría aplastante.
Pero de ahí, a caer en excesos indignos de entreguismo y cobardía, sólo auguran al país la involución de un sistema que pretende ser democrático, pero que siempre tendrá a la mano la tentación del autoritarismo y del "dedazo".
No es que uno pretenda que cada elección se convierta en un pleito interminable donde generalmente corre la sangre de los menos enterados. Pero sí se esperaría de la oposición un poquito de DIGNIDAD.
DIGNIDAD es la palabra clave en la vida del ser humano. Es lo que da sentido a todo lo que hacemos y el por qué lo hacemos. Pero decirle al vencedor "¡No te vamos a fallar!" es un acto que de sólo escucharlo se vuelve nauseabundo. ¿Para qué sirve MOVIMIENTO CIUDADANO?
Pero las expresiones de servilismo, de oportunismo, de cobardía, de falta de congruencia de "partidos miseria" como MOVIMIENTO CIUDADANO es realmente una vergüenza.
Tras su fallida alianza con el PAN y PRD, lo que el pueblo esperaría escuchar de un partido al que le entregó dinero vía prerrogativas, es que le diga a la ciudadanía "¡No te fallaremos!". Pero no. En un video asqueroso, ahora salen a decir que no le fallarán al nuevo manda más.
¿Dónde quedó la bandera que levantaron junto con el PAN de Ricardo Anaya de postular un Fiscal General Autónomo? ¿Dónde quedó su exigencia luego de haber acusado a Peña Nieto de usar a la PGR como punta de lanza de una averiguación de lavado de dinero que no se terminó?
Hoy, Andrés Manuel López Obrador ha dicho que él se irá por la misma línea del Presidente saliente y buscará que el futuro Fiscal salga de una terna propuesta por el Ejecutivo Federal y aprobada por el Congreso de la Unión.
¿No sería ese un suficiente argumento como para condicionar cualquier tipo de apoyo al futuro mandatario? Pero no. Los nuevos peleles del movimiento naranja seguirán por la misma ruta de las ratas: brincar de barco y salvarse del naufragio; pero mientras, nos cuestan a los mexicanos.
Por eso, una de las más felices noticias que podrán anunciarse y leerse antes de que termine este año, será que los partidos políticos sufrirán un recorte del 50% de sus prerrogativas. Este tipo de oposiciones no nos ayudan en nada, ni mucho menos dignifican la vida nacional.
En el futuro inmediato de México, ese es el escenario que nos espera: miles de priistas, panistas, perredistas, panalistas, naranjitas pasándose a MORENA, la nueva religión.
¡Y lo peor es que nosotros pagamos el video del MC! ¡Que vergüenza!