Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Libros de ayer y hoy
Que hay detrás de los funestos casos electorales
Teresa Gil
Más de cien candidatos han sido asesinados en este proceso electoral y más de mil han renunciado por la violencia. Las cifras ya no se precisan porque van en aumento todos los días. Es un dato brutal que habla del poco control que tiene el actual gobierno en la seguridad del país. Se les ha ido de las manos, quizá con intención. Habría que preguntarse, ¿hay un propósito determinado en las muertes que está ocasionando el proceso electoral o es parte del odio que se sembró a lo largo de estos años en una población saturada de agresiones y menosprecio? Las autoridades que investigan los muchos casos funestos de candidatos, funcionarios y acompañantes que en mal momento estaban con ellos, dan muchos argumentos y pocas soluciones, y en los mismos medios leemos a diario razones de las más diversas. El crimen organizado es la principal. Pero el fondo de toda esta agresión ¿ es impulsada tácitamente o tiene en realidad un profundo descontento incubado desde los distintos poderes, que concentra en un episodio coyuntural su furia y su venganza? Los episodios se concentran en aquellos estados en donde hay más pobreza y abandono, iniquidad y violencia, Guerrero, Oaxaca, Chihuahua entre otros. En el caso del Estado de México, por ejemplo, en donde quedó una población seriamente dolida por el reciente fraude electoral y se agudiza por la inseguridad, los feminicidios y desapariciones, han renunciado más de 200 candidatos y el grupo que concentra el poder en este momento, el de Atlacomulco, lejos de hacer algo lo exacerba con sus decisiones diarias. En Oaxaca los asesinatos, la renuncia de más de 300 candidatos y el paro de todos los partidos en municipios como Juchitán, ante el impacto de la violencia, cerró la última semana. Y exhibió como uno más de los actos de corrupción, el uso de los recursos e instituciones públicas, por el PRI, de parte del mismo funcionario que encabezó en aquel estado la Secretaría de Asuntos indígenas (SAI). En Guerrero, donde la muerte violenta es cotidiana, aparte de 34 candidatos asesinados, cerca de 200 han renunciado. La situación a lo mejor trasciende un propósito organizado. Actitud desde un sistema que ante la ineficacia de tratar de imponer un candidato, promueve el empañe de las elecciones y en caso extremo cancelarlas por la violencia. Hacerlo provocaría un caos mayor y sería una gran irresponsabilidad. Lo inmediato es impedir que sigan adelante los asesinatos.
LOS ASESINOS Y SU ACEPTACIÓN TÁCITA : ERNEST HEMINGWAY
Resulta extraño que el gobernador priista de Oaxaca, Alejandro Murat, no estuviera enterado -debe ser un caso más-, que el ex secretario de la SAI Francisco Javier Montero López utilizaba a sus empleados para asuntos electorales del PRI. En el caso concreto, la utilización de la fotógrafa asesinada Sol Cruz Jarquin, para cubrir la campaña de su hermano Hageo de los mismos apellidos. Ahora el mandatario se rasga las vestiduras y anuncia una investigación, pero la responsabilidad no queda solo en su subalterno. Va más arriba. Una pequeña obra maestra ya elevada a clásica de muchas maneras, es el cuento Los asesinos (Pepsa Editores 1975, lectura para una hora) del premio Nobel Ernest Hemingway (1899-61). Los diversos títulos que aparecen en este libro son una demostración de que el escritor estadounidense era mejor en la obra breve - El viejo y el mar es un ejemplo-, que en sus novelas. En la misma portada se destaca esa cualidad que Ernest demostraba con sencillos rasgos: la profundidad de la obra en la que lo principal no se dice, se intuye. Los asesinos retrata a tipos oscuros, perentorios, amenazantes y el actuar de los que están cerca, cautelosos, cuidadosos, serviles, para no arrancar el estallido. Y exhibe la aceptación de la muerte del boxeador Ole Anderson quien con unas cuantas palabras y actitudes, recibe con resignación -reconociendo culpas- su suerte. Cuentecillo de 16 páginas cada uno de sus diálogos no tiene pierde. La maestría del cuento tiene paridad con las películas que ha inspirado. Una de ellas filmada en 1946 y dirigida por Robert Siodmak, con dos super estrellas Ava Gardner y Burt Lancaster y otra en la URSS en 1958 como un homenaje a Hemingway, por el entonces estudiante Andrei Tarkovsky, con quien participaron otros noveles como él. El cineasta ruso hizo el guión y fue parte del elenco.