Construcción de ollas de agua impiden infiltración de pozos: Germán Tena
MORELIA, Mich., 25 de mayo de 2018.- La construcción de ollas de agua con fines agrícolas en zonas boscosas está provocando tensión social porque esos cuerpos de agua artificiales impiden la infiltración tierras abajo, advirtió el coordinador de la Comisión Estatal del Agua y Gestión de Cuencas, Germán Tena Fernández.
“Es un problema que nos puede tronar si no hacemos algo al respecto, y tendremos que empezar a trabajar junto con el secretario Ricardo Luna García para mandar una iniciativa de Ley al Congreso del Estado para regular estos cuerpos de agua artificiales”.
El funcionario estatal alertó que la tensión social está en un punto crítico y por eso urge legalizar y controlar su construcción porque no se puede priorizar la cosecha de agua para uso agrícola sobre el humano.
“Desgraciadamente estas ollas están afectando la infiltración de los pozos de la gente y comunidades que viven tierras o agua abajo, como el caso de Parácuaro con Tancítaro, donde hay conflictos graves, en Tziracuaretiro y Taretan también ya está empezando a haber conflictos y si no ordenamos tenemos que ver que en otras regiones se van a venir esos conflictos también”.
Tena Fernández indicó que la construcción de ollas de agua es un problema que año con año se agrava ya que en los sobrevuelos que han hecho se puede observar que se están creando sin ton ni son porque no están reguladas y generan problemas porque son millones de metros cúbicos de agua los que captan.
Señaló que además no se trata de cualquier olla de agua porque se construyen con plástico o geomembrana que evita la infiltración para la recarga de los mantos freáticos y las represas naturales que hay en el estado.
Por ser clandestinas dijo que no hay un censo de ese tipo de cuerpos de agua, pero son miles sino es que cientos de miles y están generando un impacto ambiental grave por lo que los propietarios deberán pagar un derecho ambiental y controlar las que se puedan construir a futuro.
La problemática generada por la construcción de las ollas de agua es derivada del cultivo del aguacate el cual, dijo, también se tiene que frenar y para ello es necesario darles dientes a las leyes porque su expansión puede generar mayores problemas a futuro.