Tras bambalinas/Jorge Octavio Ochoa
México se ha convertido en un país patético, donde cada 3 o 6 años sus candidatitos salen a prometer y ofrecer lo que no pueden y lo que no es suyo y a los que ahora, para colmo, están matando como pollos, en un clima de inseguridad que no saben ni pueden resolver. Van 19 candidatos asesinados
Aún así, en ese doble discurso, de candidatos dadores de certeza y seguridad que no pueden garantizar ni la suya; de organismos de derechos humanos pidiendo protección para esos candidatitos de pacotilla, el viernes un juez dio "jaque mate" al único ente que podía brindarles esa protección que ahora piden: las Fuerzas Armadas.
El Juez Octavo de Distrito en Materia Administrativa, Fernando Silva García resolvió que la Ley de Seguridad Interior, aprobada por el poder legislativo y promulgada por el presidente Enrique Peña Nieto el 21 de diciembre del año pasado “es inconstitucional”, en un fallo por el amparo presentado por la penalista Bárbara Zamora, del Bufete “Tierra y Libertad”.
¿Ahora cómo pretenden que el Estado dé protección a nadie? ¿Con nuestra Policía Federal actual darán seguridad? ¡Por favor! ¿Tiempos de paz? ¿De veras, señor Juez, cree usted que estamos viviendo tiempos de paz? Ojalá que el fuego no llegue cerca de su casa. Bueno, seguramente que no, porque usted quizá tiene guardia privada.
Pero lo cierto es que las Fuerzas Armadas están hartas. El Ejército y la Marina anhelan seriamente regresar a sus cuarteles pensando: "ahora rásquense con sus propias uñas". Si ellos salieron es porque el Poder Ejecutivo los empezó a soltar, desde los tiempos de Fox. Pero si a cada enfrentamiento con pueblos criminales son descalificados, es obvio que prefieren regresar con sus familias.
Lo patético es que nadie parece darse cuenta de que México está viviendo un estado de excepción, donde las garantías individuales están siendo secuestradas, amputadas, por una fuerza descomunal que no tiene límites.
Desconfían del Ejército, pero eso sí, se han dado a la tarea de colgar mantas por todas las colonias para advertir a los criminales: "Te estamos observando; si te agarramos, te vamos a linchar" ¿Desde cuándo nos volvimos otra vez una sociedad salvaje? ¿Vamos a festinar el hacernos justicia por nuestra propia mano? ¿De veras creemos que podríamos enfrentarnos al crimen organizado y a los traficantes de drogas? ¡Que pena!
La sociedad desconfía del único ente capaz de enfrentar al poder del crimen, sin darnos cuentas de que esos mismos jueces son nuestro principal enemigo. Esos jueces son los que dejan libres a los criminales; son los mismos que se han convertido en abogados del narco, con la anuencia de Ministros de la Suprema Corte que se hacen de la vista gorda.
Hace años, Jorge Carpizo, entonces Procurador General de la República, tildó a dos reporteros de "narco periodistas", por haber publicado en El Universal y Unomasuno, a ocho columnas, que "Ministros de la Suprema Corte dan asesoría a abogados del narco".
La revelación salió de la Cámara de Diputados, luego de una reunión que habían tenido con Carpizo los diputados del PAN, encabezados en aquel entonces por Diego Fernández de Ceballos. La filtración vino de uno de esos legisladores del PAN.
Lejos de tomar cartas en el asunto, el ex procurador difamó, vilipendió y nunca se disculpó con los reporteros. Que dios lo perdone. Sin embargo, esa revelación es vigente hoy en día. Nadie apostaría un peso por la honorabilidad de los jueces.
En los hechos, sigue pasando lo mismo. Pero ahora esos jueces se convierten en tapadera de secuestradores, traficantes de drogas y personas y delincuentes de cuello blanco.
Pero eso sí, PAN y PRD piden "estrategias de protección" para sus candidatos. ¿Por qué no lo hicieron ustedes desde el Congreso antes que boicotear en los juzgados?
ENTRE EL MIEDO Y LA INDEFENCIÓN, ELECCIONES SIN GARANTÍAS NI PROTECCIÓN
Gran parte de la sociedad se ha sumado a estas expresiones de repudio a las fuerzas castrenses, cuando nuestras libertades se encuentran de hecho secuestradas. No tenemos, en este país, la garantía de que llegaremos a tiempo a nuestro destino. Siempre puede surgir una marcha, una manifestación, una protesta que nos envuelve, nos enreda.
Pero, anden ustedes, vayan con el Ministerio Público, presenten sus denuncias. Siéntense a narrar sus tragedias ante los escritorios de esos policías judiciales panzones, que guardan la torta en un cajón y el refresco en otro; que les ofrecen solución siempre que haya "cierto apoyo". De otra manera, aunque usted les lleve al criminal, seguramente lo dejarán ir por la puerta trasera, porque aquél sí "le entró con su cuerno".
Anden, anden; vayan, fanaticada. Sigan rezándole a la virgen de Guadalupe y desparrámense los fines de semana a ver futbol, esperanzados en que un domingo de estos bajará un dios dador a resolverles todos sus problemas. Sigan, sigan. Entreguen todas las ofrendas que les pide el gran salvador. Sigan comprando sus películas pirata, sus ropajes de imitación, sus lociones producto de decomiso, justificando a los ladrones de combustible. Sigan hundiéndose en las miasmas.
Pero no se piense que con esto nos referimos a "ya saben quién", No. Él es un candidato más que ha prometido, igual que los otros, ese combate a la inseguridad sin tener ni idea de cómo hacerlo. No, nos referimos a la tentación de poner su voto en una sola canasta, para impulsar así a una parvada de vividores y tránsfugas que han saltado como ratas de otros barcos. Sólo a eso nos referimos.
Por lo demás, es un hecho que Andrés Manuel López Obrador tiene ya un pie en la Presidencia de la República, pero vemos con preocupación cómo empiezan a dibujarse las tentaciones de torcer la voluntad electoral.
Lejos de aplacar los demonios y tratar de contrarrestar el odio verbal que ya ha contaminado a la sociedad, Lorenzo Córdoba sembró dudas sobre el resultado de las elecciones y la presunta "judicialización" del proceso hasta una posible anulación.
Paralelamente, vemos encuestas "cuchareadas", en las que milagrosamente Ricardo Anaya se encuentra ya a sólo 5 puntos de distancia. ¡Por favor! Los mexicanos somos fanáticos y religiosos ¡Pero no nos cuelguen esos milagritos!
Tan son increíbles esas encuestas, que los propios miembros de ese "Frente" empiezan a acelerar su salida, como lo hizo este jueves Francisco Martínez Neri, coordinador del PRD en la Cámara de Diputados.
Quizá, lo destacable en este punto, es que la ruptura ya se dio en los altos círculos del poder. Un amplio grupo de priistas prefieren negociar con López Obrador que exponerse a los desplantes del "chico maravilla" quien, si en la dirigencia del PAN dio muestras de prepotencia, en la Presidencia de la República será el reinado de la soberbia.
Sea como sea, momentos obscuros se avecinan para el país y sin nada ni nadie que nos defienda. No hay instituciones confiables.