Cinismo madurista. Opinión de Melissa Segnini, periodista venezolana
Cinismo madurista
En medio de una escasez de alimentos, productos básicos, medicinas, dinero en efectivo; en medio de gente hurgando en la basura para comer y pare usted de contar, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, pide paz.
En el audiovisual que tuiteara hace algunas horas, este domingo, nos solicitan varios personajes de la política a los venezolanos unidad, y dicen que nos necesitan a todos.
Soy otra venezolana más sumergida en la diáspora de la que no existe una cifra, porque es claro que no hay nadie en el Gobierno al que realmente le importe contabilizar cuántos sueños truncados se quedaron en el país, ni cuántos cerebros huyeron, debido a que no debería haber razones para irse, pues en Venezuela no pasa nada…
Mucha gente que se impone el exilio, como yo, escribe de la “situación país”. Todos son criticados. Varios compatriotas que siguen en Venezuela nos tildan de cómodos, de showseros y de farandis, porque es muy fácil opinar con un pedazo de arepa al lado hecha con una harina que compramos sin hacer largas filas afuera de un supermercado.
Sin embargo, es evidente que ambas situaciones son complicadas: irse o quedarse, y si desde donde estoy puedo, al menos, lograr que mi país de acogida lea una perspectiva más de lo que ocurre en Venezuela, es un desperdicio no redactarlo.
He aquí, entonces, mi respuesta a ese video que, hecho en lenguaje de señas, el régimen venezolano ha lanzado en su fraudulenta búsqueda por hacer campaña y adelantar las elecciones presidenciales:
Presidente Maduro, sabemos quién es usted. Nosotros también queremos paz, queremos unidad, queremos una Venezuela para todos. Pero Venezuela no es para todos. Ese país de antes de 1999 que anhelamos solo existe entre su elitista grupo, que no sufre para bañarse porque no tiene agua ni productos de higiene.
Jorge Rodríguez, ¿qué más debemos escuchar? ¿Patria, socialismo o muerte? Ya no hay patria, nunca hubo socialismo, pero sí muchísimas muertes. La inseguridad mórbida cobra la vida de 130 personas por cada 100 mil habitantes, y más de 26 mil venezolanos murieron a manos del hampa en 2016, según el Observatorio Venezolano de la Violencia. No sin razones mandó a su hija a vivir en Australia, ¿o sí?
Presidenta de la desconocida internacionalmente Asamblea Nacional Constituyente, Delcy Rodríguez, nos dice usted “con humildad”, vestida en un traje que de seguro se compró en sus tantos viajes por el mundo, con el que podría dar de comer a una familia por meses, que nos necesitan a todos, pero niega que haya crisis humanitaria, que haya hambre, aunque cada que uno entra a las redes sociales se topa con la desgarradora imagen de personas escarbando la basura, de gente esperando saquen las sobras de algún restaurante para poder llevarse un bocado.
Y es que no es necesario ver fotos: tan solo basta con caminar por las calles de cualquier estado de Venezuela y ello se puede atestiguar, porque es ciego el que no quiere ver al niño desahuciado, porque es sordo el que no quiere escuchar el clamor de una madre que no tiene para alimentar a sus pequeños.
Y a usted Tareck El Aissami, que indica necesitan a jóvenes, mujeres, adultos mayores, niños, adultos, déjeme explicarle:
Los jóvenes se van del país a diario sin siquiera ahora un título porque las universidades no tienen presupuesto, los profesores también han emigrado y las clases sencillamente no avanzan.
Los adultos mayores se están muriendo porque no hay medicinas para combatir ninguna enfermedad, ni una gripe, ni un cáncer.
Los adultos se llevan a los niños, también a otras latitudes, porque no pueden garantizarles que con esfuerzo algún día se harán de bienes tan simples como una casa y un carro, con una inflación proyectada para el cierre de 2018 del 30 mil por ciento, según el Fondo Monetario Internacional.
Señora Cilia Flores, ¿realmente piensa usted que Nicolás Maduro es un buen líder, cuando ha necesitado colocar mordaza a los medios de comunicación con amenaza de cierre, sacar de las cableras a CNN y otros canales, para que no se diga nada malo del país, y a la fecha hay 373 presos políticos que no pueden alzar la voz?
¿Eso es ser gente de paz?