Podría gestionar Michoacán 2,500 visas en 2018 con Palomas Mensajeras
Entrevistado en las oficinas de Quadratín, el funcionario estatal reveló que el plan piloto tenía como objetivo atender a 470 solicitantes, pero el éxito del programa logró que al cierre del 2017, mil 679 personas pudieran reencontrarse con sus familiares en Estados Unidos.
“El objetivo es muy humano. Es una cuestión de sensibilidad, frente a las amenazas del gobierno de Donald Trump, quien insiste en dar marcha atrás al Tratado de Libre Comercio, en amagar con mayores deportaciones, en incrementar un discurso antimexicano”, subrayó.
Y frente a ello, Gutierrez Pérez destacó la colaboración de la embajada estadounidense en nuestro país, “con quien hemos logrado un diálogo abierto y franco, de respeto a los derechos humanos de los migrantes, tendiendo puentes de amor”, señaló.
El encargado de la política migratoria del gobierno michoacano dijo que dicho entendimiento ha permitido la autorización de mil 400 visas para este año y destacó que hay 35 grupos en diversos municipios de la entidad que han solicitado que 180 candidatos más puedan ser integrados al proyecto de Palomas Mensajeras.
“Tal es el éxito del programa, que originalmente la embajada de Estados Unidos emitía visas por 10 días, pero ahora se están autorizando por 10 años. Es decir, los padres de los migrantes pueden regresar cuantas veces quieran a ver a sus hijos, en cada ciudad en la que se encuentren”, comentó.
Palomas Mensajeras es un programa que tiene como fin la reunificación familiar y va dirigido a personas mayores de 60 años, que no tengan antecedentes de deportación y que nunca hayan pisado territorio estadounidense.
El costo de la visa es similar al de una visa de turista, pero sin mayores requisitos o exigencias, y lleva un acompañamiento de la dependencia y la accesibilidad de la embajada norteamericana.
Gutierrez Pérez explicó que durante los viajes, los padres llegan al aeropuerto y son canalizados a los consulados o casas de migrantes en diversas ciudades de la Unión Americana, donde no corran riesgos de ser detenidos por migración, dado su estatus de ilegalidad.
“Hay casos que te rompen el corazón. Hay personas que no ven a sus hijos en 30 o 40 años. Muchos de ellos ya no tenían motivo para vivir, pero el reencuentro les da un aliciente para seguir adelante”, confesó.